De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre diciembre y enero hubo una baja de 12,397 empleados que laboraban en la administración pública federal. (ARCHIVO)
El proceso de ajuste en las plazas de trabajo del gobierno federal comenzó en octubre del año pasado con el despido de trabajadores de confianza que abarcó el Poder Legislativo, dependencias gubernamentales, órganos reguladores y autónomos. En diversas circulares el gobierno federal ordenó que a partir del 7 de diciembre de 2018 en las dependencias no se podrá realizar contratación de personal en plazas presupuestarias de carácter permanente ni contrataciones de prestación de servicios profesionales por honorarios con cargo a su presupuesto autorizado.
El gobierno emplea a cerca de 5 millones de personas, 1.6 millones de ellas a nivel federal. De los empleados federales, 317,000 son de confianza, y prescindir de más de 200 mil personas (equivalentes a 70%) en 319 dependencias puede generar ineficiencias severas, advierten especialistas. "Si eso llega a suceder se paralizará la administración pública, porque el personal de base, sindicalizado, es muy difícil de incentivar, y los mandos medios y superiores son los que soportan la carga de trabajo", dice David Arellano Gault, doctor en administración pública del Centro de Investigación y Docencia Económica. Advierte que esta "depuración" de la administración pública federal, en la que reduces sueldos, quitas prestaciones o cambias de estado a los empleados significará, si no el despido, sí la renuncia de muchos y esos puestos quedarán en poder del nuevo gobierno.
