Músicos. A ocho años del reencuentro de Caifanes y 32 años de su nacimiento, sus integrantes aún siguen disfrutando tocar juntos. (ARCHIVO)
Tuvieron que transcurrir 25 años para que la banda mexicana Caifanes ingresara de nuevo al estudio de grabación a fin de presentar algo inédito a sus seguidores, pues antes de su disolución, El nervio del volcán fue su último disco y data de 1994.
La agrupación integrada por Saúl Hernández, Sabo Romo, Alfonso André y Diego Herrera propondrá al público, a partir del 11 de marzo, el tema Heridos y lo presentará en vivo, el 16 de ese mismo mes, durante su participación en el Festival Iberoamericano de Cultura Popular Vive Latino, a celebrarse en el Foro Sol de esta ciudad.
Será en el escenario Indio, el mismo donde hace ocho años Caifanes hizo vibrar a unas 70 mil personas que atestiguaron su regreso como alienación original, al lado del guitarrista Alejandro Marcovich.
"Ese concierto fue increíble y memorable. Me acuerdo que estábamos extremadamente nerviosos y al mismo tiempo muy emocionados. Eran muchos años de no tocar juntos y no sabíamos cuál era la expectativa de la gente. Apenas salimos al escenario y sentimos el cariño de todos, era una bola enorme de energía", recordó Alfonso André.
Con los ánimos del público a tope, al baterista le fue difícil concentrarse. "Es que no podía creer todo eso que estaba sucediendo frente a nosotros, fue un momento inolvidable e irrepetible. Después vino otro concierto (2015), pero sabíamos que nada volvería a ser igual".
Heridos será lanzado en solitario. De acuerdo con el músico, no se programa un disco por ahora, pues darán a conocer más canciones y quizá después analicen si lo ideal es presentar un material de larga duración.
"Al principio pensábamos mucho en si grabábamos o no, como que le dimos muchas vueltas porque sabemos lo que significa meterte con un elefante blanco. Los cuatro discos de Caifanes (Caifanes, 1988; El Diablito, 1990; El silencio, 1992 y El nervio del volcán, 1994) son muy queridos por mucha gente y no podíamos salir con cualquier cosa", platicó el músico.
Admitió que les dio miedo ingresar a un estudio de grabación en Estados Unidos, pero estando ahí se soltaron, dejaron que todo fluyera y poco a poco sintieron que recién habían estado en ese lugar.
"Los cuatro Caifanes, sin ningún otro músico adentro, nos empezamos a sentir muy a gusto y todo se dio de manera natural, sin necesidad de hacer mucho trabajo. La canción nació más fácil de lo que esperábamos y nos gustó el resultado".