Ensayo. James McAvoy aparece durante los ensayos para los 91º Premios de la Academia en Los Ángeles.
Los Ángeles tiene ya todo preparado para la 91 edición de los Oscar, unos premios en los que, al margen de aspirantes de renombre como Roma, The Favourite o Green Book, destaca la ausencia de un presentador en la gala y la presencia de mucha música en la ceremonia.
El Teatro Dolby, en pleno corazón del Paseo de la Fama, albergará hoy, desde las 17 horas, unos Oscar marcados por los tropiezos de la Academia de Hollywood, que tuvo que renunciar a ideas tan controvertidas como entregar una estatuilla a la mejor película popular o presentar algunos galardones en las pausas publicitarias.
Poco de esto importará cuando las estrellas comiencen a desfilar por los 275 metros de alfombra roja (de color guinda, en realidad) instalados en Hollywood Boulevard y que simbolizan el comienzo de una de las veladas más glamurosas del planeta.
Con todos los preparativos finalizados tras días de trabajo, en Los Ángeles solo queda mirar al cielo, cruzar los dedos y que gane el mejor.