Columnas Social

ENSAYO SOBRE LA CULTURA

ROMA Y LA MERCADOTECNIA

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Sin dejar de estar, técnicamente, bien hecha, la película Roma de Cuarón no pasa de ser una más de la producción nacional. Acepto que cuenta con una fotografía magnífica y que la actuación no es muy criticable, pero el principal defecto que yo le veo es la estructura dramática.

"Si no hay conflicto, no hay acción", es un principio fundamental que se aprende cuando se cuentan historias. Ellas empiezan cuando se plantea la problemática y se terminan cuando se resuelve. Al terminar de ver la película, me pregunté: ¿Y el conflicto?

Antes de que me comiencen a embarrar en la cara el embarazo de la criada y el divorcio de la señora, debo de discutir si en realidad son dos verdaderos conflictos. Comparo con la película Eclipse, cuando el joven confiesa a su novia que es un vampiro y ésta lo acepta así sin más. No hay conflicto. En esta novela, en las primeras doscientas páginas no pasa nada. En la película de Cuarón, ninguno de los dos hechos provoca que se desarrolle ninguna acción; la vida sigue como si nada, en su cotidianidad. Después, vemos que la criada va en busca del novio para que se haga responsable de su travesura, y como buen macho, éste la repudia. En ningún momento muestra una psicología de personaje creíble que nos lleve a conocerla por dentro. Con un solo diálogo quiere resolver la historia, cuando dice que no quería tenerlo, pero a este clímax llegamos sin haber subido una cuesta. Lo mismo pasa con la señora de la casa y los hijos, la infidelidad no trastoca la vida familiar. Nunca conocemos al Doctor ni las motivaciones por el alejamiento. Las cosas se dan nada más porque sí. Fallando esto, me falla toda la película (dicen que sigue una moda en la actuación de sugerir, pero si las modas no funcionan, desaparecen como los ismos poéticos de los veintes).

Puedo aceptar que el intento se centra en realizar una historia costumbrista, pero en este género hay muchas novelas con las cuales se pueda comparar, desde la historia de Pito Pérez, de Rubén Romero, de la cual han salido dos películas, interpretadas por Medel, una, y por López Tarso, la otra, y de ahí en adelante; las novelas costumbristas de Pérez Galdós como Nazarín, dirigida por Buñuel; los mismos Olvidados, del mismo director anterior, Viridiana, esa sí, actuada magistralmente por Silvia Pinal. El costumbrismo fue un género muy utilizado en los cincuenta donde se narraba la vida familiar lacrimosa o simpática que aún se puede ver en la televisión que me trae a la memoria la figura de Pardavé. En los setenta, Ripstein realizó El castillo de la pureza, que trataba de una familia encerrada en si misma.

Hasta en ese costumbrismo le encuentro fallas. Nunca se nos presenta el barrio, y en la Roma hay barrios y en ese tiempo todavía era factible que las familias de una misma cuadra se conocieran. Los niños no juegan con sus vecinos ni las señoras platican con la de enfrente. Están aislados del contexto, sus relaciones las tienen fuera de ahí. A finales de los sesenta, me tocó ir a vivir a la Ciudad de México para realizar mis estudios y me tocó vivir en la Roma en la calle de Cuyutlán, a dos cuadras de Insurgentes. También, tuve una experiencia similar, ya cuando nos cambiamos a un departamento, con una criada que se embarazó y ella si tuvo a su niño. Era común que ellas se embarazaran. Su drama no fue tenerlo, sino que posteriormente se le murió a los dos meses de nacido. Fue un golpe fatal para ella.

Por estas razones, aunque no deja de ser una película bien hecha, no me parece candidata a ningún premio internacional y le están dando todos los premios. Es como el Nobel de literatura, que ya nos dimos cuenta que se corrompió y que hubo muchos intereses de por medio. Se lo dejaron de dar a escritores que lo merecían, como Cortazar, Borges o Murakami para entregárselos a desconocidos que no te acaban de convencer. El cine es un negocio abierto y la mercadotecnia ha de permitir que con dinero ladre el perro.

También preguntaré en qué consiste una buena actuación: tantas que tuvo DiCaprio y hasta su última película le concedieron la estatuilla, y a esta muchacha que acaba de surgir, ya está nominada. ¿Cuál es la escena fabulosa donde se despliegan sus cualidades histriónicas?

Vivimos en la era de lo comercial, nos hacen consumir productos de mediana calidad a muy altos precios. Yo sé que las películas de Berman no se entendían, o las de Fellini. Pero con ellas, y con las muestras de cine anual, fuimos aprendiendo algo de cine y conozco lo suficiente de cine mexicano como para hacerme una idea y no dejar que me den un gato bonito en vez de una liebre.

Se vale disentir.

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