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Las aristas del dragqueenismo

El glamur de lo estrafalario

Foto: EFE / Rick Findler

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Por Daniela Ramírez Cervantes

La propuesta de ellos va hacia el cuestionamiento de las identidades binarias, buscando la legitimización de otras posibilidades de género, resignificando conceptos y usando el cuerpo para crear narrativas, poniendo diferentes elementos en juego dentro de un mismo acto.

Frente a un espejo toman su maquillaje para dibujar sobre su rostro un personaje, se transforman en cada pincelada, se diseñan, se crean. Seleccionan un vestuario llamativo, pelucas multicolores, largas pestañas, se suben a unos tacones de grandes plataformas y caminan hacia los reflectores, ya sea de la ciudad o de un antro.

Las drag queen explotan cada detalle que pueden en cuanto a su vestimenta y se toman de la mano con lo estrafalario y lo exagerado. Caricaturizan la sexualidad e identidad de los géneros y las llevan a un nivel exótico. Son artísticos y con el paso del tiempo han revolucionado su propia cultura.

En el artículo titulado El surgimiento de las Drag Queen, una forma de expresión que se populariza entre la comunidad LGTB se explica que el término antes mencionado, es un concepto totalmente diferente al de transexual o travesti. Cada uno de ellos abarca cuestiones y significados diferentes. Del primero, dice, tienen la convicción de que él o ella es en realidad un miembro del sexo opuesto, por lo cual se crea una discrepancia de sexo física y mental. En su caso, el travesti quiere representar, de una forma más sensata, la apariencia de una mujer.

Las drag manejan su propio lenguaje y estilo, además de que se caracterizan para actuar en representaciones artísticas que llevan a cabo en diferentes escenarios. La manera en que conciben su práctica es un ejercicio de crear significados propios sobre la base de su experiencia.

El artista drag construye una obra principalmente desde las técnicas del cuerpo, usando accesorios, vestuario y una teatralidad exagerada como herramientas que buscan subvertir los códigos del género, en una propuesta estética y de performance que tiene como finalidad redefinir la identidad a través de la sátira, se lee en Performatividad y roles de género en lo drag en el escenario quiteño. El teatro Dionisios.

Se explica que el género es una construcción social, basada en los fundamentos de la normativa y el deber ser. En el caso de lo drag, los géneros se teatralizan, se apropian, se usan y se fabrican. La propuesta de ellos va hacia el cuestionamiento de las identidades binarias, buscando la legitimización de otras posibilidades de género, resignificando conceptos y usando el cuerpo para crear narrativas, poniendo diferentes elementos en juego dentro de un mismo acto. “Deseo frente a intención, consciencia frente a inconsciencia, identidad y subjetividad como momentos diferentes, aunque interrelacionados en el proceso de definición de una posición-sujeto. Se rompe así la identificación entre identidad y conciencia”.

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Foto: NOTIMEX

Su arte, describe el texto, es el perfomance sobre las posibilidades del cuerpo y el deseo. Es una construcción desde la identidad pero a partir de la vestimenta y el maquillaje. Las luces, la tarima, la puesta en escena, el reflejo y la introspección como soporte y trasfondo de lo que en este mundo resulta siempre mutable: el cuerpo mismo. Hay que entender que es un acto entre la parodia y la ironía, siendo en sí mismo un testimonio claro del exceso.

“El propósito del perfomance, desde cualquier opción o forma de arte, es lograr una conexión entre la manera en que el cuerpo se mueve en relación con el espacio y con el espectador. Teniendo su origen en las artes visuales, como una necesidad de integrar el arte a una acción afirmativa, el performance es representación que pasa de lo meramente interpretativo a lo político y que busca poner en crisis conceptos establecidos, formas de ver y de hacer las cosas, dentro de una acción escénica”, se cita en el artículo.

ORIGENES

El drag surgió como elemento dramático a mitad del siglo XIX. En varios portales de internet se puede leer que el término procede del vocablo inglés drag, ‘arrastrar’, y haría referencia a las largas faldas y vestidos que llevaban los actores que se disfrazaban de mujeres.

El texto El ideal de belleza en la comunidad Drag Queen, se adentra más a la raíz y explica que entre las distintas variaciones sobre el origen del nombre, se coincide en el hecho que este debe su origen al teatro de la época clásica de Grecia y Roma hasta el teatro de Shakeaspeare en el siglo XVII, en el cual la actuación de mujeres en las obras, era prohibida.

Por ello, se recurrió a trasvestir a los actores de mujeres. De esta forma se cree que surgió el término drag, contracción de Dress as a girl y Queen porque los personajes a caracterizar eran de la realeza o relativos a ella. “Es así como los Drag Queens hacia los años cuarenta en Estados Unidos serían convocados como comediantes y animadores en bares, mientras que en los años sesenta se masificarían con el boom de la música disco. De esta forma podríamos decir que Drag Queen es el término que se utiliza para referirse a un hombre que se viste con ropas femeninas de forma satírica y extravagante”.

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Gala Drag Queen del carnaval Las Palmas de Gran Canaria. Foto: EFE/Angel Medina G

Es decir, el vocablo nació con fines artísticos que se adoptaron en cierta época, con el tiempo su manera de expresión ha evolucionado y han ganado visibilidad en una sociedad que se encuentra siempre en constante cambio. Así mismo, esta cultura utiliza diversas plataformas para hacerse visible, y ha encontrado líderes que encabezan eventos de importancia internacional.

En España se lleva a cabo la Gala Drag Queen de La Palmas de Gran Canaria uno de los eventos más populares que tiene la esencia de un carnaval y en donde se mezclan el glamur, la música y el arte. En ese mismo acto se realiza un concurso que implica una representación de un número determinado de drags que han sido preseleccionados. Luego un jurado elige al ganador de cada año. La primera edición del cértamen se realizó en 1998.

En Nueva York se hace presente la convención más grande sobre esta temática, titulada DragCon, en la cual se llevan a cabo conferencias y se ubican espacios que ofrecen a la vista todo lo relacionado con esta cultura, cientos de personas acuden personificados de lo que quieran ser.

A LA PANTALLA

Tanto ha ganado visibilidad esta forma de vida, que tiene presencia en espacios televisivos que se vuelven tendencia. Tal es el caso de RuPaul´s Drag Race, un programa de telerrealidad y competición estadounidence producido por World of Wonder para Logo. En éste reality show, se compite por ser nombrado el mejor transformista. En febrero del 2009 se realizó la primera emisión y actualmente lleva 10 temporadas.

El productor de este material es RuPaul Andre Charles, mejor conocido como RuPaul, es drag queen, modelo, actor, cantante, compositor y presentador estadounidence. Se trata de una de las figuras más importantes dentro del dragqueenismo, gracias a su larga carrera artística.

En El ideal de belleza en la comunidad Drag Queen se analiza que la representación televisiva de este fenómeno nos acerca a discutir más sobre los modelos de cultura popular contemporánea y cómo esta tendencia cultural se ha fortalecido a partir de su aparición en la TV, un medio de gran alcance.

“A partir de los reality shows, la televisión ha sido utilizada para reforzar construcciones de identidad, lo que permite a la audiencia sentirse de acuerdo con lo que el programa plantea, además de poder adoptar las formas lingüísticas y culturales que pueden mostrar a las drag por medio de un ambiente televisivo”.

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Por otro lado, el cine es otra vía en la que ha sido proyectado este fenómeno a través de diversos filmes que exponen diversas problemáticas y situaciones respecto al tema. Tal es el caso de Some Like It Hot de 1959, protagonizada por Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon. Esta película es el perfecto ejemplo de cómo el drag era representando de manera jocosa e inofensiva para el espectador; en este caso, cómo dos hombres heterosexuales eran forzados a ataviarse en vestimentas femeninas para huir de la mafia.

Así mismo Hairspray de 1988. Muchas (por no decir todas) de las películas de John Waters pudieran estar presentes en este conteo gracias a Divine, quien puede ser catalogado como el drag queen más icónico y memorable de la historia del cine. En esta oportunidad, Divine (quien interpreta a un personaje femenino siendo un hombre drag) le cede el protagonismo a Ricki Lake en un musical que rompió barreras y fue rehecho en 2007 con John Travolta como Edna Turnblad.

En Paris is burning, la directora, Jennie Livingston, enfoca el tema de lo drag desde la perspectiva del voguing como una forma de plantear mensajes políticos que intentan cuestionar las ideas convencionales sobre género, raza y clase. Todo esto a través de la actuación y la expresión corporal y, principalmente, del estilo que lo drag impone. Para la directora de esta cinta, el estilo funciona como un discurso penetrante desde las formas, el vestuario, el maquillaje y, sobre todo, la actitud del drag queen, que va mucho más allá del espectáculo de hombres vestidos con ropa de mujer.

Por otro lado, en The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert, filme de 1994, dos drag queens y un transexual atraviesan el desierto australiano en un autobús con un único fin: recorrer todo el país para presentar su show de cabaret y conseguir la fama que tanto desean. Homofobia, paternidad gay, aceptación, drama y naturaleza humana representadas de manera impecable con Hugo Weaving y Guy Pierce en los créditos.

Hedwig and The Angry Inch, La mala educación, Pink Flamingos, To Wong Foo, thanks for everything! Julie Newmar y The Rocky Horror Picture Show, son otras de las proyecciones que se han centrado en el fenómeno como eje conductor de la trama.

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Manifestación en Londres, Reino Unido, por la visita de Donald Trump en julio de 2018. Foto: EFE/Rick Findler

EL PERSONAJE

Hablando de que ser drag se liga a una cuestión artística, quienes la practican pasan por el proceso de crear un personaje, el cual va adquiriendo su matiz dependiendo de los imaginarios sociales y del contexto en el que viva la persona que quiere encarnar en alguien más.

Para los artistas drag, el personaje que representan es una construcción en la que juegan tanto los elementos simbólicos como los estéticos. La preparación del mismo puede tardar entre una y dos horas. Parte de los lineamientos básicos de su construcción son los detalles exagerados, los brillos, los colores vistosos y los complementos llamativos. La idea general es que el vestuario y el maquillaje deben lograr una fantasía colorida, exuberante, llena de creatividad. El dominio escénico también es muy importante: no sólo debe verse fabuloso, el artista debe tener actitud y fuerza en el escenario, se describe en Performatividad y roles de género en lo drag en el escenario quiteño. El teatro Dionisios.

“La transformación de un artista drag va más allá de un diseño estético, y por ello es importante realizar un análisis semiótico de los símbolos empleados en cada vestuario y en cada personificación. Los maquillajes tan elaborados y el vestuario de estilo exuberante persiguen conseguir la fascinación entre los suyos, pero principalmente el impacto ante el espectador”.

Así pues, se entiende que la actuación del drag es artificio, exageración, controversia, pero ante todo son nuevos códigos de representación. Se trata de toda una cultura que se define en sí misma, y que al pasar los años cuenta con variantes interesantes, pero que nunca se desligan del origen de su surgimiento: la escenificación como medio de manifestación.

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