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¿QUÉ SE NECESITA PARA SANAR Y TENER MEJOR CALIDAD DE VIDA?

Ya sea que se tenga una herida ligera, algún resentimiento profundo o una enfermedad, tarde o temprano siempre surge la necesidad de tener que sanar, si se quiere vivir mejor.

El ser humano no es invencible. La vida tiene dolor, complicaciones y problemas. De hecho, la incomodidad, las cuestiones que molestan… son los principales motores que promueven la búsqueda para encontrar una calidad de vida más plena y encontrar alternativas para sanar y sentirse mejor.

Siempre se tiene el poder para elegir entre salir del sufrimiento o quedarse en la depresión y vivir incómodo. La segunda elección sólo induce a tener una vida miserable, aislada de todo lo bueno que sucede alrededor.

El sufrimiento es una elección personal, no es una condición impuesta, ni es algo permanente. Ésta, si se puede mejorar y hasta se llega a acabar, siempre y cuando la persona esté dispuesta a trabajar en aquello que le molesta y le provoca el dolor.

Para sanar, lo único que se requiere es querer sanar. Querer sanar es una condición que requiere aceptación, deseo y compromiso personal para querer estar bien.

Hay muchas personas que dicen que quieren estar bien, que darían cualquier cosa para dejar de sufrir… sin embargo, lo único que hacen es enfocarse todo el día en su dolor. Piensan en que les duele, en dónde está mal, qué es lo que no les funciona, por lo que su energía se enfoca en todos los aspectos negativos, dándole sólo importancia al dolor, nutren su malestar, y por lo tanto, es más difícil poder sanar.

Cuando te duele algo, te duele. El dolor, sin importar su origen, físico, emocional o del alma, es intenso. Hace que uno se sienta malhumorado, incomodo, deprimido, solo, molesto y que le queden muy pocas ganas de hacer algo para poder sentirse mejor. El dolor atrae a los pensamientos negativos, de hecho, cuando llega a ser tan fuerte, anula la posibilidad de pensar en algo más allá del dolor mismo. El dolor no es un buen compañero.

Sin embargo, para sanar, uno tiene que tener una actitud positiva, sentir esperanza y por supuesto, tener la disposición para hacer TODO lo necesario para salir del lugar donde se encuentra. Es un trabajo incómodo, muchas veces es doloroso, confronta aspectos personales y obliga a cambiar.

Para sanar, uno tiene que conquistar su mente, luchar contra sus pensamientos y tomar una posición proactiva, dejando de concentrarse en todo lo que provoca el mal.

Es fácil encontrar medicinas que tapan o enmascaran el dolor. También, hay algunos intentos para aprender a manejar el dolor, algunas enseñan cómo vivir con dolores crónicos, ofrecen ciertos ejercicios o meditaciones para poder sanar.

La realidad es sencilla, no hay remedios mágicos, no existen pastillas milagrosas y no hay arreglos fáciles. Para sanar, uno tiene que estar dispuesto a salir de la zona de confort, luchar contra sus pensamientos, llenarse de pensamientos positivos, utilizar las afirmaciones positivas, y desde luego, lo más importante, uno tiene que estar consciente para sanar, tiene que hacer el trabajo, nadie lo puede hacer por él, que quiere sanar si puede sanar.

La receta:

Aprendiendo a sanar.

Ingredientes:

Decisión y compromiso - deseo sincero para querer sanar y sentirse mejor.

Conciencia - aceptación de la realidad, vivir el presente sin reproches.

Pensamientos positivos - agradecer, encontrar lo bueno, afirmaciones efectivas.

Disciplina - acciones continuas y ordenadas, rutinas establecidas a seguir.

Flexibilidad - adaptación y apertura a lo que hay y a lo que viene.

Afirmación positiva para sanar:

Tengo fe en que puedo sanar. Todo lo que me pasa es por algo bueno. Tengo poder dentro de mí para sentir amor, armonía y encontrar paz en mi mente. Deseo desde lo más profundo de mí ser el bien, la alegría, y paz. Dios está conmigo siempre, él me ilumina, me cuida, me aconseja y me marca el camino. Cuando me surge la duda o la tentación de pensar en negativo, inmediatamente voy a pensar en el poder infinito y sanador de Dios o del universo y de aquella fuerza que me ayuda a seguir.

Cómo aprender a sanar y sentirse mejor

1. Tú eres la causa de tu problema y la fuente de tu sanación. Cuando reconoces que tus pensamientos y tus creencias tienen poder, entiendes que si te dañas, te limitas o te enojas por cosas que no puedes controlar, no dejas fluir la energía que necesitas para vivir.

2. La sanación es un método, concentrado, efectivo y duradero. La esencia de la sanación es muy poderosa, con la intención y el deseo verdadero de encontrar la luz, es suficiente para iniciar y completar todo el proceso. Una vez que éste se logra, no es necesario volverlo a repetirlo, tu sanación es permanente.

3. La sanación se da por sí misma, sin esfuerzo o planeación, sólo con el trabajo interno. Cuando se aprende a entender el lenguaje del alma y del inconsciente, se logra un conocimiento profundo de sí, lo que libera y facilita la energía atorada, permitiéndote sanar y vivir en un estado de conciencia plena y de balance.

"La sanación es el proceso que transforma. Implica trabajo personal, busca el balance y la aceptación de la realidad, sanar es vivir en armonía con el mundo".

  Por: Becky Krinsky

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