Postura. Morales argumentó que la comisión ha extralimitado sus funciones e incurrido en 'violación grave a las leyes'. (EFE)
El presidente Jimmy Morales enfrenta serios cuestionamientos por la corrupción en Guatemala, pues aunque prometió combatirla, ahora mantiene una persecución contra la Comisión Internacional Contra la Corrupción (CICIG), quebrantando el orden constitucional.
Las calles guatemaltecas han sido escenario de multitudinarias protestas de indignación luego de que Morales dio por terminada -de manera unilateral- la misión de la CICIG, después de que las investigaciones del organismo comenzaron a apuntar hacia el mismo mandatario y su familia.
Apenas el pasado lunes, en medio de protestas, Morales brindó su tercer informe de gobierno y resaltó avances en distintos ámbitos como educación y salud, pero nada mencionó sobre la corrupción ni la CICIG, organismo de las Naciones Unidas (ONU) que comenzó su trabajo en el país en 2007.
Guatemala ha sufrido grandes casos de corrupción, por lo que la CICIG fue creada por un acuerdo entre la ONU y el gobierno del presidente guatemalteco Óscar Berger, para apoyar la investigación y persecución penal de aquellos implicados en ese delito en instituciones del gobierno, de justicia y tributarias.
Desde el inicio de su mandato, las investigaciones de la CICIG ayudaron a desarticular varios grupos que actuaban con total impunidad, aunque los más sonados fueron los casos de los expresidentes Alfonso Portillo, por malversación de fondos, y Otto Pérez Molina, por liderar una red de corrupción aduanera.
Durante la gestión de Morales, la comisión de la ONU continuó sus pesquisas en las altas esferas del gobierno y fue destapando otros casos. En este punto fue que comenzó la actual crisis en el país, pues esta vez las investigaciones revelaron que Morales y su familia estarían involucrados en delitos de corrupción.