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Desde el fin de semana pasado, la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador para combatir el robo y comercialización de combustible ha traído problemas en la entrega y despacho de gasolina de algunos estados del centro del país y del Valle de México.
Los llamados de las autoridades para evitar las compras de pánico no han surtido efecto y la capital del país, con casi cinco millones de autos registrados, según datos del INEGI; ha vivido días de caos en las inmediaciones de las gasolineras y estaciones de servicio de la Ciudad de México.
Ante esta complicada situación, hemos decidido recordar y aclarar algunas de las prácticas que te ayudarán a sacar el mayor provecho de tu consumo de combustible sin importar qué clase de auto tengas.
Estas prácticas te ayudarán a que, una vez pasado el desabasto de combustible, te conviertas en un mejor piloto para cuidar de manera óptima el estado de tu vehículo.
Dentro de las recomendaciones que te proporcionamos, incluímos aquellas que contemplan el mantenimiento del auto, la manera en la que viajas y el comportamiento frente al volante.
Un llamado a la conciencia. La presente situación inevitablemente plantea la pregunta, "¿qué tanto podemos prescindir de la gasolina en nuestra vida diaria?"
Si bien es indispensable para el funcionamiento de la industria y comercio nacional, la racionalización de este combustible ha orillado a miles de mexicanos a llegar a su lugar de trabajo compartiendo vehículo, a través de transporte público o, bien, utilizando la bicicleta.
Idealmente, esto debería convertirse en una práctica cotidiana para utilizar el auto de manera más racional y, de esa manera, no sólo dar solución a un problema temporal, sino a la urgencia de dejar de utilizar los hidrocarburos de manera indiscriminada.
A pesar de que los autos eléctricos parecen la mejor solución para evitar depender de la gasolina, una acción más consciente (y rápida) de parte de la sociedad es la de pensar en programas de ride sharing entre vecinos, utilizar los sistemas de transporte colectivo, o bien, (si es posible), caminar hacia nuestro destino.
Gran parte de la responsabilidad para que este tipo de acciones tome fuerza recae en los gobiernos locales para brindar mayor seguridad y facilidad a una movilidad que no dependa tanto de la gasolina.
