El proyecto le ha permitido conocer la historia del cacao en el mundo y en México. (EL SIGLO DE TORREÓN)
XKIK', marca mexicana de chocolate de cacao "endulza"y gana premio internacional de chocolate en diciembre de 2018.
La firma pertenece a una joven lagunera, quien en forma fortuita se fue involucrando con los productores de cacao del sur del país, por lo que desarrolló un proyecto de responsabilidad social para detonar el cultivo y lograr un precio justo por su producción.
María Madero Cacep es la fundadora y creadora de Chocolates de la Selva y de Cacao de Mesoamérica, A.C., desarrolló su proyecto de responsabilidad social denominado Chocolate y Cacao, Tradición y Cultura Mexicana, un Modelo de Negocio y de Sustentabilidad.
El proyecto le ha permitido conocer la historia del cacao en el mundo y en México, aprender todo acerca del proceso de producción de cacao, sus comunidades y las problemáticas económicas y sociales de los productores mexicanos.
La empresa que formó hace dos años ha logrado poco a poco producir chocolate hecho con un alto porcentaje de cacao, en donde se han hecho alianzas estratégicas no sólo con productores, sino con fermentadores de cacao orgánico, con lo cual se ha lanzado la marca XKIK, que significa princesa maya.
Los premios fueron entregados el 5 de diciembre de 2018 en Guatemala, en donde se ganaron dos premios de plata y dos de bronce en la categoría micro lotes obscuros. Los catadores internacionales evaluaron el brillo, atemperado, color, aroma y sabor del chocolate mexicano en el concurso regional realizado en Centroamérica y México.
El premio es el International Chocolate Awards en la categoría regional, una se realiza en Perú y otra en Centroamérica y México.
Madero Cacep comentó que lo que destaca de los chocolates ganadores con premios de plata y bronce es que la materia prima fue cultivada en 6 comunidades de Tabasco y Chiapas (Galeana, Sarabia, El Rocío, Cerro Blanco, Chinchonal y Comacalco).
Algunos chocolates tienen un contenido del 65 y 75 por ciento de cacao, el cual es producido en México y que se tienen cuatro fórmulas de chocolate.
ABRIR PUERTAS
La fundadora y creadora de Chocolates de la Selva y de Cacao de Mesoamérica, A.C. indicó que busca con este premio que se abran las puertas para mejorar las condiciones de las comunidades, pero también se permita trabajar en forma correcta, pagando un precio justo por el cacao a los productores.
Expresó que tiene planes para abrir la empresa a inversionistas interesadas en la compra de productos, tanto nacionales como extranjeros.
Dijo que "busco ahora dar pasos pequeños y sólidos que mejoren las condiciones de las comunidades". También dijo que busca con este premio que se conozca más el producto y el proyecto en La Laguna".
HUYENDO DE LA INSEGURIDAD
La historia de este proyecto nace debido a los problemas de inseguridad en La Laguna en 2011, lo cual obligó a Madero Cacep a migrar a la ciudad de Mérida, dado que se tenían familiares.
Indicó que trabajo en Montessori, pero también quería explorar otros intereses y gustos, por lo que encontró que se abriría una maestría en responsabilidad social, la cual la había buscado con anterioridad, pero que sólo se impartía en universidades de Monterrey y la Ciudad de México.
Relató la fundadora de Chocolates de la Selva que concluyó la maestría en 2014, por lo que debería hacer su tesis, la cual inicialmente contempló el tema de salud de la mujer en la zona sur del país, pero especialistas indicaron que era un tema complejo, por lo que decidió cambiarlo por el tema Cacao y Chocolate en México.
Mencionó que inicialmente estudió la historia del cacao y chocolate en el mundo, para luego hacerlo en México. También añadió que se hizo un análisis de empresas que han apoyado proyectos sociales y ambientales, como en el café y textiles, por lo que contempló desarrollar un proyecto para productores de cacao en México, el cual fuera replicable y exitoso.
CONTRASTES
Citó que, pese a que México es la cuna de la historia del chocolate y que la semilla del cacao es de Mesoamérica, en el país no se produce ni el 1 por ciento del cacao mundial. En su lugar, África destaca a nivel mundial por la mayor producción de cacao, lugar en donde se llevaron semillas de cacao a la selva, pero con un alto costo ambiental por la tala de árboles.
En cambio, dijo Madero Cacep que en México es distinta la producción en comunidades, en donde existe una cultura y tradición en la producción en Chiapas y Tabasco, en esquemas de traspatio, en donde se produce cacao para autoconsumo.
Señaló que las visitas que ha hecho a distintas comunidades le han permitido ver que los plantíos son de 1 a 2 hectáreas, en donde en épocas de cosechas se invita a las familias a que trabajen para levantar los cultivos.
En Tabasco se produce el 70 por ciento de la producción en México, en Chiapas el 25 y el resto en Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Nayarit y Colima.
Sin embargo, enfatizó que el 80 por ciento del chocolate de cacao que se requiere en negocios especializados es importado.
Citó que el cacao es un commoditi que se cotiza en precios internacionales, con un precio de 2.8 a 3 dólares el kilo seco de cacao.
RADIOGRAFÍA EN MÉXICO
La tesis que presentó "Chocolate y Cacao, Tradición y Cultura Mexicana, Modelo de Negocios y Sustentabilidad", le permitió conocer la radiografía del sector, encontrando que los productores de cacao tienen edades de 60 años, en donde los jóvenes no tienen interés en vivir y realizar labores del campo, lo cual es un problema para encontrar mano de obra.
Otra de las problemáticas encontradas es que se requiere cuidados constantes para detectar enfermedades de hongos del cacao, así como el evitar los intermediarios del cultivo.
También encontró que para agilizar la producción se requieren de fermentadores de cacao, en donde ya se tiene una alianza con una de producto orgánico y se pague un precio justo.
"Buscamos que los productores de cacao tengan una vida digna, se fomenten plantaciones de cacao en la selva del país y que haya personas que tengan esperanza de tener una vida futura en sus comunidades que tendrán un crecimiento".
Confesó que hoy en día se identifica con los productores de cacao y es una esperanza para hacer un cambio.
