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MARÍA DEL CARMEN MAQUEO GARZA

UN AÑO DISTINTOUN AÑO DISTINTO

Me declaro enemiga de los lugares comunes, tan frecuentes en esta temporada. Las antiguas tarjetas impresas, sustituidas hoy en día por mensajes instantáneos, dan cuenta de los mejores deseos para la Navidad y el Año Nuevo, que en lo personal me resultan meros formulismos de ocasión. Nada hay de nosotros mismos en cada una de esas frases que se repiten de ida y vuelta, en el fin de año.

Los lugares comunes --en este caso-- corresponden a frases dentro de las cuales acomodamos nuestra molicie o nuestra falta de inspiración, para sentir que hemos cumplido con nuestros seres queridos, apreciados o conocidos, por las fiestas. Desde que tengo uso de razón, me ha gustado "salirme del huacal", por lo que estas fórmulas estereotipadas no van conmigo.

Es de este modo como, para el año que inicia, quiero desear a mis dos lectores algo distinto a lo muy trillado, y aquí va:

Deseo que recobren la mirada de un niño para ver la vida, sabiendo hallar la magia en cada momento, frente a cualquier elemento. Que lo más cotidiano adquiera significado.

Que el entusiasmo se convierta en esa corriente energizante que recorre el torrente sanguíneo desde la cabeza, con su obligada parada mecánica en el corazón, para depuración y balanceo.

Sean los proyectos que emprendan para satisfacer lo propio, unos que no perjudiquen el bienestar de los demás. Si ayudan a otros, bien, y si no, al menos que ellos no salgan afectados en la consecución de nuestros afanes.

Quiero desearles que se propongan metas de excelencia, metas elevadas que impliquen tiempo y esfuerzo, porque en ellas está el modo más seguro de trascender en la vida.

Van mis parabienes para ustedes y los suyos. Que en estas fechas consoliden esos sentimientos que han sabido cultivar a lo largo del año, momento a momento, como brisa suave que --con el tiempo-- termina convertida en dulce arroyo.

Que la música guíe su andar, de modo tal, que hagan de cada paso un evento maravilloso, el cual los conduzca de vuelta hacia el origen de todas las cosas.

Sea el año que inicia muy especial, en que logren asimilar que la vida es como teclado de piano, una secuencia de formas y colores. En los distintos tonos y en su intensidad radica su inconmensurable riqueza.

Que nunca pierdan de vista el propósito final que nos tiene en este mundo. La vida ofrece lecciones cada día, unas envueltas de regalo, otras habrán de llevarnos como el hierro a la fragua. Todas son lecciones que nos llevan a ser mejores personas.

No podría desearles siempre paz. Junto con sus plácidos ratos les deseo también problemas, porque en el fragor de las batallas que habremos de enfrentar, es donde el espíritu crece y se fortifica.

Eso sí, para cada uno de ustedes anhelo con el alma que siempre tengan a su lado al mejor amigo, ése que permanece como sombra con nosotros, dispuesto a acompañarnos a donde vayamos. Ese mejor amigo se llama "uno mismo".

Quiero brindar porque en el año que inicia descubran el amor verdadero, ése que empieza con la estima propia y se extiende como un manto verde y fragante, primero entre los seres más cercanos, y sigue avanzando, hasta llegar más allá de donde la vista alcanza.

Hoy van mis deseos por un tiempo cargado de risas, de música y de magia. Trescientos sesenta y cinco amaneceres en los que la vida les sorprenda con sus colores, sus olores, sus melodías. Trescientos sesenta y cinco ocasiones de dar gracias al cielo por tantas bendiciones, ésas que habitualmente damos por sentadas y poco tomamos en cuenta. Trescientos sesenta y cinco noches que nos obliguen a hacer un recuento de lecciones antes de zambullirnos en las suaves aguas del descanso.

En esta vida nada es bueno ni malo. Las cosas son porque sí, en ocasiones como resultado de nuestras propias decisiones; otras más suceden de forma fortuita, pero de igual modo están frente a nosotros, y para seguir el camino habremos de sortearlas. Les deseo que desarrollen la sabiduría para salir adelante en cada situación, habiendo aprendido algo nuevo, una experiencia que sirva más adelante para salvar otro tramo del camino.

Todos estamos en el proceso de aprender a ser mejores personas. Pido al cielo asimilar las lecciones antes de seguir adelante, cuidando de no ir arrastrando lodo en los zapatos. Algo similar deseo para cada uno de ustedes: Tiempo, oportunidad y empuje para ser hoy mejores que ayer. Frente a nosotros mismos realistas, al margen de estériles comparaciones con respecto a otros --una forma de autoengaño.

Libres, emprendedores, valientes, auténticos. Positivos, sin complicaciones. Amorosos, divertidos, alegres, resilientes. ¡Feliz 2019!

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