Aunque en la actualidad, la celebración de la Navidad es época de regalos, de celebraciones y reuniones familiares, su iniciación es paulatina y aglutina factores históricos que involucran al Imperio Romano, a ritos paganos que poco tienen que ver con el hecho histórico que conmemora: el nacimiento del niño Jesús.
Durante los primeros siglos de la era cristiana, la costumbre más común era celebrar el día en que una persona importante había fallecido; "No vemos en las Escrituras que nadie haya guardado una fiesta ni celebrado un gran banquete el día de su natalicio. Solo los pecadores (como el Faraón y Herodes) celebraban con gran regocijo el día en que nacieron en este mundo".
No fue sino hasta el siglo IV que la fecha de nacimiento de Jesús se estableció por mediación de varios papas, entre los que destacan Julio I y Liberio. De cualquier modo, todavía pasarían casi 200 años más para que esa celebración se instituyera. Resulta interesante notar que la Navidad guarda muchas similitudes con las Saturnales, las fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, y que originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno, el período más oscuro del año, cuando el Sol sale más tarde y se pone más pronto.
Otra de las tradiciones actuales de esta época es la de poner un nacimiento en el que con figuras y miniaturas se intenta recrear la noche en que nació Jesús. La primera celebración navideña en la que se montó un nacimiento fue en la Nochebuena de 1223 y se lo debemos a San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuras, como hacemos actualmente, ? sino que el santo sólo utilizo el buey y la mula reales y la representación del nacimiento con un pesebre vacío. En ese escenario se celebró la misa, fue tal la impresión causada entre los asistentes, que muchos la repitieron al año siguiente y se fue popularizando la instalación de nacimientos en las iglesias durante la Navidad, con figuras de barro, cera o madera en vez de seres vivos; y de ahí a lo que conocemos actualmente.
Podríamos rastrear también el origen del árbol de navidad y sus adornos, o la costumbre de hacer regalos en estas fechas, que también tienen su origen en ritos y costumbres paganas; pero el espacio no lo permite. Indudablemente, la Navidad es la fiesta cristiana más celebrada en el mundo, aun y cuando la Iglesia considera que es más importante la Pascua. Esa es la razón por la que contiene más tradiciones. Esto es un poco de historia, un poco del origen de lo que hoy celebramos. Lo más importante es dar un sentido personal a tantos siglos transcurridos por los que, poco a poco, se fue constituyendo esta fiesta que hoy buena parte de la humanidad celebra. Ese sentido podría girar en torno al renacer de la esperanza, la renovación de nuestros vínculos, la trascendencia de nuestras obras, los gestos amorosos que podemos brindar a todos aquéllos con los que nuestras vidas se entretejen.
