Protocolizada la adhesión de nuestro país al Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo relativo a la libertad sindical, la pelea de los organismos empresariales se centra en la confección de las leyes laborales para armonizar los compromisos, ante el temor de que surjan dos, tres o más representaciones obreras en las empresas
Protocolizada la adhesión de nuestro país al Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo relativo a la libertad sindical, la pelea de los organismos empresariales se centra en la confección de las leyes laborales para armonizar los compromisos, ante el temor de que surjan dos, tres o más representaciones obreras en las empresas
El temor se centra en la experiencia de Fomento Económico Mexicano (FEMSA) en su incursión en Colombia, país que tardó cinco años en fijar el marco legal.
Sin embargo, el Congreso está aprovechando la coyuntura de las exigencias de reformas colocadas por Estados Unidos y Canadá en el marco del T-MEC, es decir, el acuerdo mercantil entre México, Estados Unidos y Canadá.
La intención es armar un coctel con base en una iniciativa congelada en el Senado en materia de justicia laboral, en cuyo marco desaparecen las Juntas de Conciliación y Arbitraje para permitir que sea el Poder Judicial quien dirima las disputas laborales.
Habrá, pues, tribunales especializados.
Entre los ingredientes adicionales está el federalizar la llamada "toma de nota", es decir, el visto bueno a la creación de un sindicato o la elección de su dirigencia, potestad que tenían también los gobiernos de las entidades federativas.
El marco, naturalmente, se prestaba para obtener apoyos políticos y, de pasadita, crear sindicatos proclives a avalar los llamadas contratos de protección.
La proliferación de éstos la propiciaba, en paralelo, una contradicción en las leyes laborales, que por un lado exigía a las empresas contar con un Contrato Colectivo de Trabajo, y por otro propiciaba la creación de sindicatos blancos.
Bajo el marco propuesto se debe garantizar la legítima representación de éstos y, naturalmente, la elección directa y secreta de dirigentes, con posibilidad de recuento.
Empero, si se llegara a tener dos a más sindicatos en una empresa, la titularidad del contrato y, por ende, la posibilidad de emplazar a huelga, la tendrá el mayoritario.
Lo cierto es que en la fase previa el gobierno saliente se cuidó de formalizar sindicatos afines.
Así, la Secretaría del Trabajo le dio la "toma de nota", después de más de 30 años, al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y, por añadidura, a su dirigente, Carlos Romero Deschamps.
En decadencia organizaciones vetustas como la CTM, la CROM y demás anexas, el temor es que el hueco lo ocupen organizaciones no gubernamentales o se cree otra central que encabezaría otro dirigente de oscura trayectoria: el senador Napoleón Gómez Urrutia.
De Guatemala a Guatepeor.
BALANCE GENERAL
Colocadas las fichas en un tenso impasse tras la negativa de la Secretaría de Hacienda de incrementar su oferta de compra por 6 mil millones de dólares de los bonos "verdes" lanzados para financiar el aeropuerto de Texcoco, se han desatado versiones de que el nuevo gobierno podría dar marcha atrás.
La expectativa se nutre de la decisión presidencial de dejarle el paquete al secretario de Hacienda, Carlos Urzúa y, naturalmente, de que el gobierno enfrente una demanda en las Cortes de Nueva York como la que en su momento desestabilizara al gobierno de Argentina.
En la escena aparece un personaje que juega doble cachucha en la apuesta. Estamos hablando de David Martínez, quien acumula una gran cantidad de los papeles de la discordia y, en paralelo, es el socio mayoritario de ICA, la constructora que recibió los mejores contratos.
albertobarrancochavarria0 @ gmail.com
