Pasa unas felices fiestas
Se aproximan fechas en que compartir la mesa con la familia es una ocasión especial, es por esta razón que se preparan todo tipo de deliciosos platillos, sin embargo, se debe recordar que todo los excesos son perjudiciales para la salud, así que conozcamos cuáles son los riesgos de estos para poder disfrutar de las fiesta decembrinas sin contratiempos.
Las múltiples cenas que terminan en el almuerzo del día siguiente no sólo arrastran consecuencias estéticas, sino que también generan secuelas en nuestra olvidada salud digestiva. Los excesos ocasionan evidentes complicaciones, y es frecuente sentir pesadez, indigestión o acidez; síntomas que manifiestan las limitaciones de nuestro sistema digestivo y que suelen prolongarse durante días.
Cuando consume mucha comida, su estómago tiene que expandirse físicamente para acomodar el volumen adicional, lo que podría ocasionar algunas molestias.
Aunque lo aconsejable sería preparar nuestro organismo para las fiestas a través de una dieta basada en alimentos prebióticos, probióticos y enzimas digestivas, y mantener las rutinas de ejercicio, se hace de manera poco habitual y eso nos pasa factura.
Diversos factores
Otro de los pilares sobre el que sustentamos los excesos de las recientes fiestas navideñas es el alcohol. Las reuniones familiares, las celebraciones de Nochebuena no están exentas de alguna que otra copa. Es más, somos más permisibles durante estas fechas con el alcohol. No hay que olvidar los estragos que este tipo de sustancias generan en nuestra salud.
Pero no todo son excesos alimenticios. Los preparativos, la búsqueda incesante de regalos o las largas horas de cocina, nos sumen en un estado de estrés vacacional que conlleva efectos también a nivel muscular. La falta de cuidado de nuestra postura, los gestos poco apropiados y repetidos o la falta de descanso no mejoran nuestra situación, apareciendo episodios de lumbalgia o contracturas, casos habituales en las clínicas de fisioterapia a lo largo y después de estas fechas.
Busca el balance
El inicio del año es un buen momento para retomar esos hábitos de vida saludable que dejamos olvidados a principios de diciembre, o para empezar con ellos. De esta forma, debemos convertir la dieta de grasas saturadas y azúcares navideña, en una dieta rica en frutas, verduras, pescado, pollo, pavo, ensalada y cereales. También se aconseja beber 2 litros de agua diaria, erradicar el consumo de bebidas alcohólicas, tomar infusiones depurativas y, sobre todo, realizar actividad física.
Ten en cuenta estos consejos cuando te enfrentes a las cenas, comidas o celebraciones típicas de estas fiestas:
Procura no mezclar demasiados carbohidratos con demasiadas carnes.
Acompaña siempre con verduras frescas o cocinadas como entrante o primer plato.
No abusar del pan.
Es importante que tengas en cuenta el orden en el que los tomas, ya que los nutrientes de cada alimento necesitan de una serie de enzimas para ser digeridos.
Come una fruta entre comidas o antes de ingerir alimentos esto prepara los jugos del estomago para digerir la comida.
Evita comer tantos dulces o postres, eso ayuda a que la digestión sea más pesada y lenta.
