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Y AHORA, ¿QUIÉN ES EL GALLINA?

EDUARDO SEPÚLVEDA

La final prometida por fin sucedió.

River y Boca se citaron en Madrid, a jaloneos, porque en su país no pudieron llevar a cabo el partido más importante de su historia. La violencia mandó la final de la Copa Libertadores de América a otro continente.

Casi un mes después, la final más larga, la más cara, la más mentada, llegó a su fin.

Y River Plate se alzó con su cuarto título continental más importante al venir de atrás en el marcador para derrotar el odiado rival. ¿Cuántos aspectos hay para comentar y analizar?

Primero, salta a la vista Tevez en la banca de Boca, el jugador que le pudo haber dado un plus de experiencia y un arrebato de inspiración, personalidad; ¿tendrá bronca con su entrenador? No se explica que lo haya dejado para el final, como si lo mandara con toda la responsabilidad de salvar un partido ya perdido con antelación.

Por otro lado, Darío Benedetto, que marcó en la ida y en la vuelta, sale de cambio siendo el delantero más eficaz de los xeneizes. El "Pipa" tuvo que ver la derrota de su equipo desde la banca, cuando él había dejado el partido ganado; ya ni el gesto de burla que hizo sobre la espalda del defensor vencido. A lidiar con eso.

A Gallardo no le faltó la calma y prudencia, mientras que a Barros Schelotto se le vino todo abajo. Primero con la expulsión del Wilmar Barrios, inobjetable. Luego, la lesión del veterano Fernando Gago. Un equipo diezmado en hombres y en el corazón.

Es verdad que ambos clubes no llegaron con los mejores jugadores de su historia, algunos vienen a menos y otros apenas van, pero en ímpetu y determinación, River ganó en los más de 120 minutos decisivos de esta serie. Y se corona con merecimientos.

Boca quería ganar sin jugar. Y me pregunto, ¿le sabría a algo a los jugadores un título ganado sobre la mesa? ¿De verdad estaban dispuestos a perderse esta final? ¿La final del siglo?

Y River no quería ser visitante en su partido de local; ellos se metieron a la Bombonera a sacar un empate a dos, que al final es como si hubiera un 0-0. Ellos sobrevivieron y salieron ilesos.

Pero ya era demasiado, el partido tenía que jugarse. Y los españoles no escatimaron en esfuerzos; mucho dinero les cayó del cielo sudamericano, por lo que hasta tanques sacaron a la calle para que nada estropeara la fiesta del futbol.

¿Y es que de verdad habrá aficionado en el mundo que se jacte de ser futbolero y que esta final le haya pasado de noche?

Los medios de la actualidad, las redes sociales, la televisión, nos traen toda la información e incluso se vuelven transportadores de la pasión que emana de éste y otros deportes. ¿Cómo abstraerse? ¿Cómo ser indiferente? Se necesitaría tener un espectro muy corto o limitarse al futbol de la localidad. Cada quien.

Hablando de nuestra liga local, la MX, llegan a la final los dos mejores del torneo, tal como lo demostraron durante 17 jornadas y dos rondas de liguilla. Merecido. Creo que Cruz Azul ya debe sacudirse la "malaria" de no levantar un trofeo de verdad.

El domingo de emociones se completó en los emparrillados; ¡qué sorpresa dieron los Dolphins sobre los odiados Patriots!

Se sabe que los duelos divisionales son emocionantes y se pelean con todo, pero lo que hicieron los de Miami ayer no tiene nombre.

Una escapada del joven Kenyan Drake tras "jugar" con la bola como en el barrio, ante la estirada inútil del estelar Gronkowski cuando al reloj le quedaban segundos. David le pega a Goliat en el Este de la Americana, no es la primera vez que sucede.

¡Qué bonito es el deporte!

Y nada como la victoria, dicen los que ganan.

¿Le seguimos? @Foko_54.

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