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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Desde que nos damos de cocotazos

Columna póstuma de Juan Recaredo

El cañón de artillería se monta sobre una armazón… ¡No íría usted a pensar que el cañonero lo iba a traer cargando, con lo pesados que son! Los cañones, por supuesto.

Bien, pues esa armazón sobre la que se monta el cañón es la cureña y el tipo que está al pie de la cureña se supone que está listo a hacer disparar el cañón en el momento en que se requiera. Entonces, estar al pie de la cureña es estar listo para reaccionar en el momento adecuado.

Al juego delantero de la cureña de un cañón de campaña se le llama armón, palabra que muy probablemente derive de aram, vocablo del antiguo alemán que significa brazo, y luego se traduce en arma, y hay que tomar en cuenta que por ahí va también la palabra arm, que es brazo en inglés.

Estamos refiriéndonos -seguro ya se dio cuenta- a las armas que utiliza el hombre para atacar y defenderse, y la primera arma que debe haber utilizado tiene qué haber sido el brazo, lógicamente. Luego, para darle más alcance a su brazo, debe habérsele ocurrido lanzar piedras a su enemigo.

Así lo hizo probablemente, hasta que se le ocurrió agarrar un garrote y adoptarlo como una extensión de su brazo. Ese garrote es el basto de la baraja llamada española y con el que nuestros antepasadísimos trogloditas les daban en la cabeza a sus mujeres como en señal de cariño.

Poco a poco, el hombre primitivo se fue haciendo más refinado en su armamento y utilizando piedras y huesos empezó a fabricar cuchillos, bumeranges, flechas, arcos y dardos que usaba a discreción para dirimir sus problemas con los vecinos, y como todavía no se inventaban los policías, ni la PGR ni nada por el estilo, pues todo se resolvía por la ley del más fuerte. En realidad, las cosas no han cambiado mucho en ese sentido.

Ya cuando se empezaron a trabajar los metales, se hicieron puñales de los de bronce, la gente se lanzó a hacer lanzas y fue aplicando luego el ingenio para producir arietes y catapultas. El ariete era, haga de cuenta usted, un poste de teléfonos que lo cargan entre muchos y a la de tres lo hacen chocar con un muro o una puerta hasta que lo derriban. La palabra ariete se deriva de aries, que en latín es un carnero, porque el arma funcionaba dando topes precisamente como uno de esos potentes animales.

A medida que se incrementaba la fuerza ofensiva de las armas, se pensó en fabricar elementos de protección: cascos, escudos, corazas y armaduras completas… en fin, todo lo necesario para protegerse de los duros "cocotazos" que se daban en ese tiempo.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios: [email protected]. Twitter: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA:

Ana Margarita Garza: ¿Por qué el sonido de la letra c no es consistente? Es decir ca, ce (que), ci (qui), co, cu. ¿En qué momento y en qué circunstancia se dicta esta forma de escribir?

LE RESPONDO:

Esto es resultado de una evolución en la que intervienen una serie de factores históricos, idiomáticos y sociales. Encontrar la respuesta a su pregunta requiere un estudio profundo, que no le puedo proporcionar en este espacio.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Las opiniones son como los ombligos: cada quien tiene el suyo.

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