Columnas la Laguna

'BIEN CHIVA'

MVZ FERNANDO CRUZ CASTILLO

En algunas ocasiones, cuando se sacrifica o muere una cabra no sabemos cómo conservar el cuero para su venta posterior, por lo cual en reiteradas ocasiones se quema el animal muerto, se entierra o se deja a la deriva para que se lo coman los perros y cuando se sacrifica lo único que se aprovecha es la carne, tirando la piel, por no saber darle un valor agregado al conservarla para su uso posterior. Para este caso se puede hacer lo siguiente:

Después de quitar la piel se debe revisar que no queden adheridos a ella pedazos de tejido, los cuales se deben retirar con cuchillo, navaja o un raspador adecuado para este fin, sin dañar la pie.

En seguida se debe lavar con agua por ambos lados para eliminar impurezas que se pueden descomponer, como suero, sangre y estiércol.

Posteriormente la piel se seca o se escurre colocada sobre un bastidor y todavía fresca se vende a la curtiduría. Si no se puede entregar rápidamente, ponga en el interior de la piel suficiente sal y dóblela, para que se mantenga en buen estado varios días.

Si las pieles se van a vender en volumen o conservarlas en el rancho, se tiene que reducir su contenido de agua, mediante la aereación o el salado.

Para la aereación, se coloca la piel bien extendida con su cara interna hacia arriba y se sujeta en el piso con estacas de madera. El inconveniente es el de que se ventila una sola cara. Puede restirarse con cuerdas entre bastidores, o bien colocadas a la sombra sobre aros o bastidores de madera. Hay que mantener tensos los bordes para que no se arruguen.

El salado se realiza en un local con temperatura de 15 a 20 grados centígrados. La sal, sin impurezas y de calibre mediano se asperja dentro y fuera de la piel, que se dobla en seguida.

Este método de salado se puede realizar en dos formas; húmedo y seco, para la primera -húmedo- se realiza de la siguiente forma; las pieles frescas se sumergen en un depósito de salmuera, dobladas en la parte interna hacia afuera durante tres semanas. Hay que moverlas cada tercer día. Posteriormente se escurren y secan para la venta.

Para la otra forma -en seco- se realiza en el piso o en una mesa con un pequeño declive, en el cual se espolvorea de sal y se tiende la carnaza hacia arriba cubierta de sal, se enciman sucesivamente las pieles, cubriéndolas de sal, hasta llegar a 40 o 50.

Cuando se venden varias pieles es más fácil su colocación en el mercado a la vez que se alcanza un mejor precio, que es a fin de cuentas los que más nos interesa.

Darle un valor agregado a la piel del ganado caprino, los caprinocultores se benefician con más ingresos y además se obtiene una mayor producción de cueros o pieles de esta especie y el país se beneficia con la disminución de importaciones de este subproducto de otros países.

Un excelente técnico en curtiduría o talabartero es el Ingeniero Adrián de la Rosa Godoy, el cual deberían de apoyarlo los diferentes Gobiernos Federal, Estatal y Municipal, con la impartición de cursos de curtiduría a los caprinocultores de la Región.

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