Se dice que al menos una vez en la vida, los seres humanos tomamos decisiones en el límite que bien se puede referir al tiempo, a la razón, al ridículo, del aguante, que, en cualquier caso, se puede referir a situaciones llevadas al extremo para ganar tiempo, para no entrar en discusión, para aprovecharse del momento, para probar hasta dónde se puede llegar.
El comentario viene a colación por la situación que vive el país y el estado de Coahuila; en el primero, la posibilidad de que se sienten las bases para que se dé inicio a un verdadero cambio de régimen, no sólo cambios de nombres como en los períodos sexenales anteriores que fue práctica normal que imitaban los gobiernos estatales; y en el segundo, la intención de Riquelme, según foto en el encartado de su primer informe de gobierno, de mimetizarse a través de una chamarra color Morena (el color del Movimiento), asunto chusco si se quiere ver así pero que pretende el hecho, al menos de manera visual, estar en sintonía con lo que todavía no queda claro, cuáles serán las líneas políticas fundamentales del gobierno a partir de este 1 de diciembre de 2018.
Algunas de las decisiones tomadas por el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, han tenido como elemento fundamental lo que se prometió durante la campaña electoral, como lo es el asunto del aeropuerto en Texcoco, que en estos momentos no se sabe a ciencia cierta qué va a pasar con la gran cantidad de dinero que implica su cancelación - que hasta el momento no se ha hecho formal- pero que de hacerse efectiva la decisión, no le va a costar al gobierno ni al presidente cubrir los miles de millones de pesos, nos va a costar a todos los contribuyentes; tal parece que se está jugando con tecnicismos, y que hasta lo acontecido, se está en los límites de la simulación, del engaño, del capricho.
Otra promesa fue acabar con la corrupción, la impunidad y por consecuencia la aplicación de la ley, sin embargo, también en este asunto lo prometido sería a partir de diciembre de este año, lo que sucedió antes de esa fecha no se tomaría en cuenta a pesar de que son casos documentados y denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la federación, ASF, lo que ubica la promesa en los límites de simulación y de la complicidad.
Gastarse en nueve meses 784 millones de pesos en asesorías y estudios cuando lo presupuestado fueron 37millones, y en publicidad 622 millones, que sólo sirven para mantener en campaña al gobernador Riquelme, nos dice mucho sobre las prioridades que estableció para Coahuila en este año; es claro que aún con la chamarra guinda, no se ve por ninguna parte la austeridad que este color pretende establecer para los próximos seis años.
La imitación llega al límite del ridículo, esta clase de gobernantes anclados en los años 70 por sus prácticas, se pueden convertir en la constante si no decidimos involucrarnos en los asuntos públicos, de gobierno, en la política como práctica natural del hombre. Si bien es cierto que el repudio a la política es por la clase de políticos que hemos producido y padecido, también lo es que encontramos algunos que como excepción cumplen la regla.
Estimado lector, también nosotros, como sociedad, como ciudadanos, debemos darnos cuenta que estamos en el límite del autoabandono si dejamos pasar y dejamos hacer a su antojo, a quienes les dimos el mandato para gobernarnos. Seremos corresponsables de lo que venga, pero, podemos ser factor para que, lo que deba venir, sea de beneficio para la comunidad.
Acércate a PC 29 donde te podemos orientar para que al menos y por ser lo más importante para ti, que es tu vecindario, te puedas involucrar para identificar, definir y plantear los problemas que son competencia de la autoridad, no esperemos la consulta, generemos la exigencia.
La coyuntura la tenemos a la vista, aunque para ser sincera, desconozco el detalle de la tarea, las funciones y sobre todo la autoridad que el cargo implica de los delegados federales recién nombrados por el Presidente, más allá de lo que la figura implica políticamente, representan correa de transmisión y un estate quieto a la discrecionalidad de los gobernadores sobre el uso de recursos. El ejemplo lo vimos con el abuso de poder en lo gastado hasta el mes de septiembre, 21 veces más de lo presupuestado en asesorías y estudios por el gobernador Miguel Ángel Riquelme, quien nos debe rendir cuentas claras sobre este asunto.
En PC 29 insistiremos sobre estas cuentas, y también sobre las explicaciones de estos excesos, estamos al límite de permitir o no permitir la continuidad de esta vieja práctica.
En el Cajón. Mantener flaca memoria sobre los agravios recibidos, como el saqueo de que hemos sido objeto los últimos 12 años en Coahuila, significaría permitir que lo sigan haciendo los que están y los que vengan. Por ello le exigimos a Jorge Zermeño nos explique en qué condiciones recibió el gobierno, la ciudad y el Simas hace dos años. Estamos al límite de la exigencia y la denuncia.
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