Normalmente los partidos amistosos de futbol no me gustan, en lo general. Pero sobre todo los de la Selección Mexicana me parecen aburridos e innecesarios, al menos su transmisión televisiva.
Si al entrenador en turno le sirve para delinear su equipo, ver jugadores, probar estrategias, está bien, por lo demás, todo suele ser puro negocio y lucrar con los paisanos que viven en los Estados Unidos, mismos que compran todo lo que huela un poco a su país de origen.
Sin embargo, me parece que pese a contar con un director técnico que no se va a quedar para el proceso mundialista, los partidos contra Argentina son diferentes.
Ambos duelos que servirán para despedir al "Tuca" Ferretti del banquillo más caliente del futbol nacional tienen varios ingredientes que los hacen atractivos.
En primera instancia, el rival. La eterna pesadilla en torneos internacionales para el Tricolor, lleno de figuras que juegan en las mejores ligas de Europa... y otras no tanto, pero regados al fin.
Además, ambos partidos se disputan en canchas hostiles, como visitante en tierras tan pasionales como las pamperas. Aquí hay que hacer mención en que si no se disputaron en Buenos Aires es porque los argentinos están demasiado ocupados con el Superclásico River Plate - Boca Juniors, final de la Copa Libertadores, que por ahora la Albiceleste no se roba los reflectores.
Un ingrediente más es precisamente que México no tiene entrenador en forma. El "Tuca" ya se va y hasta ahorita no ha ganado ninguno de los cinco partidos dirigidos. Le falta el de mañana.
Ferretti se va tranquilo; él cumplió con los partidos que la Federación Mexicana de Futbol ya tenía programados y que a Juan Carlos Osorio ya no le interesó dirigir.
Los jugadores que están a prueba también tienen que aprovechar estos ratitos con el máximo representatido nacional, quien quite y algunos se queden para el Mundial de Catar... dando por anticipado que México estará en la cita mundialista.
En fin, no son juegos amistosos más, son duelos contra un campeóndel mundo. Un clásico
