El buen juez por su casa empieza
No deja de sorprender, AMLO, con declaraciones contradictorias e irracionales sobre los más diversos temas nacionales.
Sabido es que AMLO ha recorrido, como ningún otro político, desde pueblos pequeños hasta grandes ciudades de nuestro país. Ha dicho repetidamente conocer todos los problemas de los mexicanos, tanto del medio urbano como del rural; y dada su experiencia y “sabiduría” que da el tiempo, ahora nos sorprende a muchos de sus votantes con la promesa (¿o amenaza?) de que dará visa de trabajo a los centroamericanos.
Me pregunto ¿Cuál trabajo? Si lo que falta precisamente en México son fuentes de empleo, y los que hay son mal pagados. Entre otras, ésa es la razón por la que muchos compatriotas optan por arriesgar su vida cruzando la frontera de los Estados Unidos.
El fenómeno migratorio obedece, principalmente, a la precaria economía y falta de empleo en el país. La gente emigra por necesidad, más que por gusto.
En el país vecino del norte, con un día de trabajo se puede comprar un pantalón Levi’s nuevo de 40 dólares y todavía queda para comer. Aquí, el salario de un día apenas alcanza para comer; con ese salario, si quiere comprar un Levi’s (800 pesos), necesita no comer durante una semana. Aunque cabe aclarar que hay muchísimos ilegales que ganan hasta dos o tres mil dólares por semana. Pero eso sí, trabajan duro hasta 12 horas diarias. Esto que he dicho es porque lo he visto y vivido, y soy de los que piensan que el mexicano es trabajador cuando se le paga bien; es emprendedor cuando la circunstancias le son propicias, y aunque sea residente o ciudadano no deja sus creencias y costumbres mexicanas; se informa y se preocupa por cómo van las cosas aquí en México, porque aquí están sus padres, sus abuelos, su parentela.
Los mexicanos criticamos el racismo con que son tratados nuestros connacionales, pero no admitimos que nosotros discriminamos a tarahumaras, huicholes y a otras etnias; y en general, miramos de soslayo y criticamos y menospreciamos a quienes no hablan o piensan como nosotros.
Pero, volviendo a la infortunada declaración de AMLO, la cual de ser cierta daría qué pensar acerca de la influencia de Trump sobre nuestro gobierno, en cuanto a que “México debe detener la caravana de migrantes”, estaríamos haciendo el trabajo sucio del mal vecino, lo cual no es digno.
AMLO olvidó que primero es México, primero la propia casa y después la ajena. No ha considerado, el Presidente Electo que el sureste mexicano está prácticamente invadido por centroamericanos que no hacen nada por trabajar, sólo piden y delinquen. El Instituto Nacional de Migración o no hacen su trabajo como se debe, o el personal es insuficiente. Habría que ver cómo andan en corrupción, pues se ha sabido de casos de extorsión, a los cuales, como es lógico no se les ha dado seguimiento.
En todo caso, y de iniciarse los trabajos de construcción del soñado Tren Maya, la construcción de la primera refinería modular en Campeche o la tan anunciada reforestación de un millón de hectáreas, veríamos si quieren trabajo duro, porque no creo que anden por aquí con títulos de licenciatura o maestría bajo el brazo.
Un gesto humanitario sin duda, el de AMLO; pero las palabras no bastan, y en todo caso, las frases que se hacen promesa deben tener un sustento económico; y debe considerarse a los mexicanos que necesitan empleo bien pagado como primera opción. ¿O, usted qué piensa?
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
