Migrantes abandonan el 'sueño americano'

Sin expectativas, salvo las de sobrevivir en su país, Carlos Alexander Lobo Romero y Jarold Vinicio Amador Rodríguez desistieron de su primer intento de llegar a Estados Unidos y pidieron el apoyo de autoridades municipales para que les ayuden a regresar a Honduras.

Los jóvenes, ambos de 19 años, decidieron no sumarse a las caravanas de migrantes que cruzan por nuestro país, sino que solos, emprendieron el viaje desde hace algunos días en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.

Empujados por la falta de trabajo y la inseguridad, los muchachos abandonaron su ciudad natal, Comayagua, y lograron cruzar la frontera sur de México y a partir de ahí, recorrieron algunos tramos caminando; otros en taxi y en tren, del cual descendieron en Torreón para trasladarse en autobús a esta ciudad.

En los últimos cinco días, Carlos y Jarold permanecieron aquí, donde algunas veces durmieron cerca de las vías del tren y se alimentaron de lo que algunos vecinos les daban; otras, tuvieron el apoyo del encargado de una panadería, quien les permitió quedarse en el local y como agradecimiento, le ayudaron en el negocio. En ese lapso estuvieron a punto de ser agredidos por otros jóvenes que los confundieron con drogadictos, aunque el intento no pasó a mayores, pues alcanzaron a correr y retirarse del lugar cuanto antes.

Más que por ese incidente, los muchachos decidieron retornar a Honduras porque ven muy difícil cruzar hacia Estados Unidos.

"A veces uno toma decisiones que no debería, pensamos en venir y lo decidimos, pero me regreso porque mi madre está preocupada, está muy difícil la pasada y hace mucho frío", dijo Carlos.

Jarold, quien dejó a su esposa y dos bebés de siete meses, lamentó tener que devolverse, pero optó por ello por temor a arriesgar su vida al acercarse más hacia la frontera con Estados Unidos.

Dijo que en Comayagua no había conseguido trabajo en los últimos cinco meses, por lo cual se llegó a sentir desesperado y decidió salir de su país.