Jornales. El negocio de don Nicolás genera 33 empleos entre temporales y permanentes. (EL SIGLO DE TORREÓN/MARY VÁZQUEZ)
Una historia de éxito en su tierra es la de don Nicolás Montoya, quien por la difícil situación económica de su familia decidió emigrar a los Estados Unidos, pero se fijó el objetivo de tener su propia empresa, la cual instaló en Matamoros con los ahorros que hizo.
Ahora tiene una empresa que produce y compra sorgo escobero y genera 8 empleos permanentes y 25 temporales. Distribuye en pequeñas fábricas de escobas en la región, pero su cliente más fuerte es una fábrica, en Cadereyta, Nuevo León.
Cuenta que sólo estudió el segundo año de primaria, en el ejido Bilbao, en Viesca, su pueblo natal, pero luego su padre decidió instalarse en Villanueva, muy cerca de Matamoros, en donde luego se fueron a vivir cuando él tenía como 15 años.
Comenta que pasó parte de su infancia cuidando las chivas que su papá tenía y luego trabajó de jornalero en los campos agrícolas, actividad que realizó durante varios años, incluso cuando decidió formar su familia.
Don Nicolás cuenta que uno de los trabajos que desempeñó fue en la producción de sorgo escobero, de ahí que decidió emprender en esa actividad.
Recuerda que como jornalero obtenía un sueldo de 20 a 25 pesos diarios, pero ya con siete hijos era muy difícil sacarlos adelante, por lo que decidió ir a probar suerte a Texas, en donde consiguió trabajo en la construcción y ganaba hasta 270 dólares por semana.
Platica que es cristiano y uno de sus patrones practicaba la misma religión y como se identificaban mucho, le contó su situación y el sueño que él tenía y fue quien "le echó mucho la mano", incluso recuerda que la esposa de su patrón le guardaba sus cheques y cuando juntaba cierta cantidad, le ayudaba a enviarlos a su esposa.
Después de poco más de un año y medio de trabajo en Estados Unidos y con el dinero que logró reunir, decidió regresar a Matamoros, pues dice que nunca tuvo planes de llevarse a su familia para quedarse allá.
Instaló su negocio, el cual le permitió "darles estudio a sus hijos y vivir dignamente".
Ahora uno de los hijos es quien administra la empresa, aunque en total tiene 10 hijos: 6 mujeres y 4 hombres, de los cuales 5 estudiaron enfermería y 2 medicina y con gran satisfacción dice que logró su objetivo, por lo que además agradece a Dios que le pusó a personas buenas en su camino y que le "dio hijos muy buenos".
