El Señor hizo a la golondrina para que hubiera poetas.
En seguida hizo al águila. No la habría hecho si hubiese sabido que iba a haber motivadores que exhortarían a sus oyentes a ser águilas y no gallinas, siendo que la gallina es considerablemente más útil que el águila.
Después dio forma a la tímida avestruz, y luego hizo la tierra para que la pobrecilla tuviera dónde meter la cabeza.
A continuación hizo al colibrí, y con el barro que le sobró hizo al cóndor.
Finalmente hizo al pavo real.
Le dijo Adán:
-Entiendo lo de la golondrina, lo del águila, lo de la avestruz y lo del colibrí y el cóndor. Pero, Señor: ¿por qué hiciste al pavo real?
Le respondió el Creador con una sonrisa:
-De vez en cuando a mí también me gusta hacer tonterías.
¡Hasta mañana!...