El guatemalteco Jovani, de 50 años de edad, fue deportado de los Estados Unidos el año pasado, después de permanecer 15 años en la nación del norte, donde trabajó como panadero, supo de la caravana de hondureños y no lo pensó más para incorporarse. (EFE)
El guatemalteco Jovani, de 50 años de edad, fue deportado de los Estados Unidos el año pasado, después de permanecer 15 años en la nación del norte, donde trabajó como panadero, supo de la caravana de hondureños y no lo pensó más para incorporarse.
El hombre nativo de Guatemala, donde labora como panadero, contó que aunque la economía de su país ha mejorado, no hay empleo y si lo hay, el salario no es suficiente para vivir.
En los Estados Unidos, Jovani trabajó como albañil, donde percibía un salario de 15 dólares por hora y el dinero que ganó lo utilizó para comprar una propiedad en Ciudad de Guatemala, pero cansado de buscar un empleo remunerativo, optó por incorporarse en la caravana, el pasado viernes, en Tecún Umán.
Jovani explicó que otro factor que tiene en su contra, es que cuando llega a pedir trabajo en Guatemala y le preguntan su edad, lo rechazan; por eso quiere llegar a los Estados Unidos, porque "los norteamericanos lo que valoran es la experiencia que uno tiene en un oficio, como pintura, plomería, albañilería, soldador, electricista. A ellos les conviene contratar a una persona que tenga experiencia y no un joven al que tengan que enseñarle".
El lunes por la tarde, Jovani llegó al albergue de Huixtla, donde pernocta junto con miles de hondureños.
