Una de las típicas formas de iniciar una conversación en nuestra región es comentando el estado del tiempo, y vaya que en este fin de semana hubo motivos de sobra, en la semana que recién terminó tuvimos un notorio descenso de la temperatura dejando severos estragos como enfermedades de las vías respiratorias y la preocupación de retraso en ciclos de entrenamiento.
El frío afecta al Sistema Nervioso Central, el corazón, los pulmones y los músculos. Los primeros órganos y estructuras en afectarse son la piel, músculos y extremidades, lo que se traduce en disminución de la circulación para mantener la temperatura interna corporal. Esto a su vez puede producir debilitamiento, rigidez muscular, aumento en el tiempo de conducción nerviosa y por lo tanto una baja en el rendimiento atlético. Así mismo la disminución drástica del clima vuelve a los atletas más susceptibles a sufrir de lesiones secundarias.
Entre algunos de los factores que contribuyen al desarrollo de las lesiones en condiciones climáticas frías, encontramos una vestimenta inapropiada o mojada, viento frío y la humedad del aire, altitud, el antecedente de molestias musculares que pueden agravarse, aporte calórico deficiente, consumo de alcohol, tabaquismo y uso de prendas ajustadas.
Podemos encontrar manifestaciones clínicas como quejas por frío y pérdida de interés en la actividad, afectación de las habilidades motoras finas, deterioro en la capacidad de toma de decisiones, somnolencia y dificultad para despertar. Físicamente podemos encontrar disminución de la frecuencia cardíaca, hipo- tensión arterial, rigidez muscular y dilatación pupilar.
Si la situación de afectación es leve, es conveniente trasladar al paciente a un lugar más cálido, retirar toda la ropa mojada luego de su traslado, colocar fuentes externas de calor en cuello, axilas e ingles, sitios en que se pierde más calor, cubrirlo con una manta y si se carece de medios acercándolo a otra persona; es muy importante si el paciente está despierto hidratarlo. Los casos extremos llegan a requerir de reanimación cardiopulmonar.
En casos extremos, las partes de nuestro cuerpo más externas como la nariz, orejas, pies, dedos e incluso el pene pueden sufrir de congelación como respuesta al frío intenso. El pronóstico es malo si la temperatura corporal interna es menor de 28°C o igual a la temperatura del ambiente, todas la medidas para contrarrestar los efectos deben efectuarse en un tiempo no mayor de 4 horas.
Cuando el clima, como es el caso de nuestra región, no es el usual es conveniente cambiar el horario de entrenamiento a horas en que mejoren las condiciones ambientales, temperatura, humedad y viento. A pesar de las condiciones hay que hidratarse adecuadamente y cubrir todos los aspectos preventivos como vacunas, ropa adecuada y sobre todo una buena sesión de calentamiento que incluya movilidad articular y estiramiento, además de la activación muscular ¡Hasta la próxima!
