En México los organismos operadores de los sistemas de agua potable deben ser dependencias municipales descentralizadas, autónomas y autosuficientes. Sin embargo, estas características no se han logrado en la mayoría de las dependencias, debido a la intervención política, administrativa y económica de las autoridades estatales y municipales, convirtiéndose en la práctica en organizaciones centralizadas.
A través del tiempo, los organismos operadores se han enviciado con numerosas ineficiencias cuyas consecuencias afloran en los problemas financieros y económicos por los que atraviesan, tales como adeudos a diversas instituciones y proveedores, principalmente a CFE y a Conagua, así como a la SHCP y el Infonavit. La suma de estos factores se traduce en servicios deficientes a los usuarios, como el desabasto de agua y las fallas en los drenajes sanitarios.
Cabe destacar que a los organismos operadores les corresponden la prestación de los servicios de abastecimiento de agua potable, drenaje sanitario, el tratamiento y reuso de las aguas residuales y la potabilización del agua de los pozos con bacterias y arsénico, por lo que deben contar con una adecuada organización administrativa, técnica y operativa para enfrentar los costos de la operación de la infraestructura existente y de las ampliaciones futuras.
Cuando exista la voluntad política de convertirlos en sistemas eficientes con responsabilidad social, se podrán fortalecer y mejorar los sistemas de agua potable en todos sus componentes: producción y distribución del agua, comercialización del servicio y desarrollo institucional.
Los organismos operadores con la prestación de los servicios deben obtener los ingresos suficientes para que los sistemas se fortalezcan y capitalicen para contar con una infraestructura hidráulica adecuada. Para lograr esto es imprescindible que se cuente con la participación decidida de las autoridades municipales y de los Consejos Directivos de las empresas abastecedoras.
La forma actual de operar de los organismos no les permite ser autosuficientes, menos a capitalizarse para realizar el mantenimiento de la infraestructura existente y para las nuevas obras requeridas por el crecimiento de las ciudades.
De lo anterior, se deriva la importancia de fortalecer y mejorar los sistemas, con el fin de asegurar el abasto de agua a la población y el adecuado funcionamiento del drenaje sanitario y tratamiento del agua y de las aguas residuales, en todos los sectores de las ciudades, durante todo el año y en el largo plazo.
Para poder proporcionar un servicio con calidad a todos los usuarios, una condición imprescindible es que el personal de los organismos se profesionalice y que el funcionamiento de los sistemas esté suficientemente tecnificado. Este debe ser el objetivo de toda empresa abastecedora de agua.
