Recordó que en los últimos cinco años se incorporaron anualmente 160 mil alumnos a ese nivel educativo, lo que incrementó la cobertura de 32 a 38.4 por ciento, cifras que eventualmente podría llegar a 39.6 por ciento, a sólo cuatro décimas de la meta establecida en el Programa Nacional Sectorial de Educación 2013-2018. (ARCHIVO)
El secretario de Educación Pública, Otto Granados Roldán, urgió a discutir el modelo de educación superior en México, pues advirtió que el siglo XXI inició con una disfunción entre la oferta educativa superior y las necesidades que demanda el desarrollo del país.
En el marco de la inauguración de la LXXIV Asamblea General Ordinaria de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior, el funcionario federal mencionó que el nuevo modelo debe ser en función de la aportación a la formación de talento, la innovación, y los crecimientos en la productividad bajo las actuales tendencias del país y el mundo.
Recordó que en los últimos cinco años se incorporaron anualmente 160 mil alumnos a ese nivel educativo, lo que incrementó la cobertura de 32 a 38.4 por ciento, cifras que eventualmente podría llegar a 39.6 por ciento, a sólo cuatro décimas de la meta establecida en el Programa Nacional Sectorial de Educación 2013-2018.
“El incremento de la cobertura ha sido posible por la incorporación de segmentos de menores ingresos y el fortalecimiento de las modalidades no escolarizadas, y la equidad ha sido una variable que ha influido de manera importante y positiva. De la matricula total, poco más de un millón 100 mil estudiantes se ubican en los sectores de rezago social y económico”, agregó.
Sin embargo, el titular de la SEP advirtió que el siglo XXI inició con disfunción entre la oferta educativa en educación superior y la naturaleza de lo que demanda el país, debido a que la diversificación y la apertura de la economía mexicana han transformado los distintos sectores productivos hasta convertirlos en uno de los más sofisticados y complejos de América.
En un comunicado, refirió que un título universitario no garantiza la movilidad económica y social, ya que las brechas entre el perfil de los egresados de la educación superior y las necesidades específicas de los empleadores podrían aumentar en los próximos años en al menos ocho de los principales 16 sectores económicos, de acuerdo con estudios de la SEP y de la Secretaría de Economía.
Granados Roldán indicó que la movilidad social y productiva, la migración rural, el crecimiento sostenido de la población, el aumento de la expectativa de vida, la crisis de las pensiones, el incremento acelerado de egresados en disciplinas no demandadas, la demanda de servicios y consumo, así como el avance de la revolución 4.0, presionarán el desarrollo y la estructura de las carreras y sus especialidades, convirtiendo al conocimiento en algo obsoleto.
Asimismo, refirió que la tasa de desocupación entre egresados, el financiamiento de la educación superior y el acceso a ese nivel como criterio general no parecen aportar una mejoría significativa en la calidad de vida de los estudiantes, por lo que de continuar así será mayor el costo que el beneficio de haber estudiado una carrera y la productividad del país seguirá siendo modesta.
El secretario de Educación Pública señaló que hace ocho años uno de cada ocho jóvenes provenientes de hogares desfavorecidos cursaban la educación superior y actualmente, gracias al impulso de becas, es de uno de cada cuatro.
Mencionó que el sector privado pasó de concentrar 18 por ciento de la matrícula escolar en 1990, a 35 por ciento en 2018, y en lo que va del siglo se pasó de dos millones de estudiantes en el ciclo escolar 2000-2001 a 4.5 millones de en el ciclo escolar 2017-2018.
Granados Roldán manifestó que en las últimas dos décadas el gasto educativo, privado y público, aumentó en términos absolutos, sin embargo, los niveles de crecimiento, la productividad laboral, las mediciones educativas y la competitividad del país no han arrojado evidencias de una incidencia significativamente alta.
"No debemos gastar más, sino invertir mejor; se debe realizar una gestión eficiente y optimizar los recursos adicionales", apuntó.
Señaló que no se debe subestimar la dimensión de los cambios, pues en los próximos años el crecimiento de la economía y el bienestar social dependerá de la competitividad del país y de la transición hacia la economía del conocimiento, por lo que el desarrollo del capital humano será el factor central que llevará a la educación superior a reinventarse y responder a las necesidades.
