La ciudad de los grandes esfuerzos no puede con las tormentas, carece de drenaje pluvial, se inunda y generan vertederos de aguas turbulentas que arrasan con todo: en el bulevar Constitución los automóviles flotaron y se anegaron establecimientos, comercios y casas, las rampas de entrada y salida de vehículos de la plaza Cuatro Caminos escurrían como cataratas y atraparon a un crecido número de coches y camionetas cuyos conductores no se atrevieron a salir en los momentos más intensos del aguacero, uno de los más fuertes que castigan a la población ícono de la comarca lagunera.
A propósito de la publicación sobre el pretendido cambio de nombre del periférico Raúl López Sánchez -si se cambia el nombre al periférico ¿pierde Torreón? es el título- surge esta respuesta: ¿Qué pierde Torreón? Está perdiendo identidad y originalidad. Doctos en la materia califican de aberrante la actitud de las autoridades en aquel sentido y se esperan que el presidente municipal Zermeño se libere de influencias, dé marcha atrás a la intentona y perpetúe el recuerdo de una figura política de renombre nacional.
"Raúl López Sánchez, lagunero nacido en Torreón, senador, gobernador de Coahuila y secretario de Marina, fue un hombre prominente y se puso su nombre al periférico para honrar su memoria. Nada puede estar por encima del prestigio alcanzado por el funcionario público y si se modifica la nomenclatura saldrá perdiendo Torreón", insistieron a quienes les parece mal la sustitución.
El doctor Leonel Rodríguez, promotor de los pueblos mágicos y articulista de El Siglo de Torreón, es uno de ellos. Señaló que la ciudad lagunera ya perdió con la demolición del cine Princesa en el primer cuadro, otrora uno de los sectores más hermosos de la comunidad, afeado por un estacionamiento vehicular que ocupa tres cuartos de manzana. La picota acabó con casonas del rumbo, tumbaron el Apolo Palacio, el hotel Elvira se vino abajo, el edificio Esparza no ha sido concluido y su imagen deteriorada da lástima.
En el caso del periférico las autoridades deben recapacitar y salir en defensa del patrimonio de Torreón pero al parecer faltan voces para impedir el cambio que atenta contra sus orígenes. Alejando López Dávila, nieto de don Raúl y autor de la publicación referida, exhorta al cabildo local a actuar con hechos que beneficien a la comunidad: "dejar el nombre de don Raúl López Sánchez (al periférico) y honrar a las fuerzas armadas en un lugar relevante y distinto".
López Dávila califica a su ascendiente como un gobernante eficaz, honesto y ejemplar como lo deben ser todos los gobernantes. "México sería otro", subraya. "Podrán borrar su nombre pero no sus obras".
Los doctos entrevistados hallaron analogía en los dos casos y advirtieron que la falta de un sistema pluvial pone en riesgo negocios, actividades y la propia mancha urbana. "También salimos perdiendo", recordando aquel día en el que la llamada Perla de la Laguna se convirtió en gigantesca laguna de aguas pluviales mezcladas con aguas del drenaje. Media población quedó paralizada. Lamentablemente, el calificativo de la ciudad de los grandes esfuerzos desmerece por la falta de un equipo de control eficiente de las inundaciones y por pasar por alto atentados como el que se menciona. Quedaron en evidencia las autoridades que no han podido renovar la red general o que carecen de ingenio para darle salida a los diluvios. Torreón, la Gran Perla de la Laguna, requiere mayor atención. El bulevar periférico Raúl López Sánchez es parte de su historia.
