Adjetivo poco usado es "rastacuero".
El rastacuero es el advenedizo, el nuevo rico; alguno que de pronto se ve encumbrado a una posición que jamás soñó tener.
Lo primero que el rastacuero busca al llegar a su nueva condición es darse a ver; hacer jactancia de la riqueza o poder que acaba de adquirir. Para eso no duda en pagar precio de oro por enseñar el cobre. A fin de ser visto contrata una revista de ésas que alegremente lucran con la vanidad de quienes no tienen otra cosa que dinero.
Rastacueros hay lo mismo entre la aristocracia de sololoy que entre la empinada plebeyez; igual entre los que se van con el rabo entre las piernas que entre los que llegan con el rabo alzado. Son esos tales los que convierten en eventos públicos acontecimientos que deberían ser privados. Sus alardes acaban en cursilería y despiertan una especie de irónica conmiseración, cuando no un burlón recordatorio: "Yo te conocí petate antes que fueras colchón".
En fin. Cuidado con Perico cuando se vuelve don Pedro.
¡Hasta mañana!...