Aporte. Los nuevos resultados aportados por Cassini 'arrojan nueva luz' sobre los mecanismos que subyacen en el Sistema Solar. (EFE)
La sonda Cassini terminó su misión de 20 años adentrándose en la atmósfera de Saturno, pero hasta el último momento estuvo recopilando datos, que han servido para saber más de la composición de los anillos que rodean el planeta y cómo influyen en su atmósfera, según un estudio que publicó ayer Science.
Los datos de Cassini, que se desintegró en la atmósfera de Saturno en septiembre del año pasado, han revelado que la composición química de sus anillos es "mucho más complicada" de lo que hasta ahora se creía, según un comunicado de la estadounidense Universidad de Kansas, una de las que participó en el estudio.
Además, indica que el anillo más interno de Saturno, el llamado D, "está lanzando granos de polvo" a la atmósfera superior (ionosfera) del planeta y lo hace a una velocidad extraordinaria a la vez que gira, tanto como 10,000 kilos de material por segundo. Los investigadores consideran que este fenómeno, mantenido durante largos periodos de tiempo, "puede cambiar el contenido de carbono y oxígeno de la atmósfera del planeta", agrega la nota.
El profesor de la Universidad Kansas y uno de los firmantes del estudio Thomas Cravens, señaló que le sorprendieron dos cosas: "la complejidad química de lo que sale expulsado de los anillos", pues hasta aquí se creía que sería casi todo agua y la "cantidad y calidad de esos materiales".
El espectómetro de masas neutras (INMS) de Cassini descubrió que los anillos de Saturno están compuesto de agua, amoniaco, monóxido de carbono, nitrógeno molecular y dióxido de carbono. El informe describe lo que hay en el espacio entre el anillo más interno de Saturno.