Se desconoce si el grupo, compuesto por 160 personas y encabezado por el ministro surcoreano de Unificación, Cho Myoung-gyon, se reunirá o no con el actual líder norcoreano, Kim Jong-un. (ARCHIVO)
Una delegación surcoreana inició hoy una visita a Pyonyang que conmemora la segunda cumbre intercoreana de 2007 y que sirve de antesala para el viaje que el domingo efectúa a Corea del Norte el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
Con vistas a seguir potenciando el acercamiento, la delegación del Gobierno sureño participará el viernes en un acto para conmemorar la segunda cumbre intercoreana de la historia que celebraron del 2 y 4 de octubre de 2007 en Pyonyang el expresidente surcoreano Roh Moo-hyun y el exlíder norcoreano Kim Jong-il, confirmó hoy a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl.
Se desconoce si el grupo, compuesto por 160 personas y encabezado por el ministro surcoreano de Unificación, Cho Myoung-gyon, se reunirá o no con el actual líder norcoreano, Kim Jong-un.
En todo caso, está previsto que Cho se encuentre con su homólogo norteño, Ri Son-gwon, para avanzar en la implementación de lo acordado entre Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, en su reciente cumbre de septiembre.
Durante la cumbre se acordó, entre otras cosas, que Kim haría pronto una histórica visita a Seúl (sería el primer mariscal norteño en visitar la capital del Sur) y, ante todo, la cita sirvió que Corea del Norte y Estados Unidos aceptaran retomar el diálogo sobre desnuclearización.
En total, la delegación surcoreana permanecerá tres días en Pyonyang antes de retornar a Seúl el sábado.
Al día siguiente, Pompeo viajará precisamente a Pyonyang para reunirse con Kim Jong-un y tratar de dar un nuevo impulso al proceso de desnuclearización tras la revitalización del diálogo.
En este encuentro podría incluso fijarse una segunda cumbre entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que consolide el acercamiento entre ambas partes.
Pompeo dijo este miércoles en Washington que tras su viaje espera un "mejor entendimiento" entre la Casa Blanca, que pide acciones más firmes del régimen que subrayen su voluntad de desarme, y Pyonyang, que volvió a afirmar recientemente que no desmantelará su programa nuclear si Estados Unidos no adopta medidas para cimentar la confianza mutua.
Esas medidas hacen referencia a la firma de un tratado de paz entre ambas partes que ponga fin a la Guerra de Corea (1950-53, resuelta con un armisticio que aún continúa), algo que el régimen entiende como un garante para su supervivencia, y a un levantamiento progresivo de las sanciones económicas que pesan sobre Corea del Norte.
En este sentido, el principal diario del régimen, el Rodong, insistió hoy en un editorial en que las sanciones suponen una fuente de "desconfianza" bilateral.
