ANTES MUERTA QUE SENCILLAANTES MUERTA QUE SENCILLA
Cuando veía a la "Lady", en la consulta por problemas de malestares gastrointestinales, no me dejaba de sorprender que siempre llegaba con un atuendo diferente, y al preguntarle a la señora Alma Nidia (su dueña), que si estaba estrenando vestido su perrita, me decía: "este modelito es uno de sus cuarenta vestidos que tiene en su guardarropa", a lo cual le decía que tenía mucho más ropa que la que tenía yo.
Es que fíjese, me comentaba la señora Alma Nidia, que ella (la "Lady") no salía a la calle desnuda, cuando estábamos en la casa y agarraba las llaves y la bolsa para salir, ella salía corriendo, y si no estaba vestida, me traía alguna prenda para que se la pusiera, pues ella, "primero muerta que sencilla".
Llegó conmigo hace 13 años, a través de mi cuñada Irene, y se adaptó a mí como yo a ella.
Fíjese, cuando me juntaba con mis amigas a eso de las 6:00 de la tarde a platicar y tomar café, ella se sentaba en su lugar especial, se ponía a escuchar y tomaba café también, cuando nos veía comiendo galletas nos pedía, era muy antojada.
Antes de que mi papá falleciera, íbamos todos los días a visitarlo, después, cuando mi papá ya no estuvo en su casa, ella llegaba y lo buscaba, se subía a la cama o a la silla de ruedas, pues él siempre la cargaba en sus brazos.
Fue la niña de mi casa, además de cuidarla y quererla mucho, me quedarán sus recuerdos, como por ejemplo: cuando pasa el señor de la nieve ya no le compraré su vasito acostumbrado, ya tampoco tendré quien me acompañe a misa los sábados, claro, como acostumbraba, "dentro de mi bolso".
Cuando veo este tipo de anécdotas y de entendimiento entre dueña y mascota, veo la devoción que ambas se profesaron y no puedo dejar de pensar que "Lady" fue siempre una perrita muy afortunada, tratada siempre con amor.
Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: EN UN MAL MOMENTO, CUANDO NECESITE UNA MANO AMIGA INCONDICIONAL, RECIBÍ UNA... PATA.