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Un mal con víctima

El cáncer de ojo

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EDITH GONZÁLEZ

Los ojos no están exentos de contraer cáncer. Sí, en este pequeño órgano, esencial para desarrollar actividades cotidianas, pueden gestarse células atípicas sin control y propagarse a otras partes del cuerpo si no se hace una detección oportuna.

Afortunadamente es un cáncer raro, pues son pocos los casos que se registran anualmente. Aún así,  es necesario aprender más de este padecimiento para estar al pendiente de cualquier muestra de síntomas.

Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, existen diferentes tipos de cáncer ocular. Algunos se forman en los tejidos del ojo y otros más alrededor.

¿Cómo se presenta?

Los tipos de cáncer ocular más frecuente que refiere son: el melanoma. Este inicia en las células que producen el pigmento melanina en el ojo y es poco frecuente. También está el linfoma y el retinoblastoma. El primero comienza en las células del sistema inmunitario, mientras que el retinoblastoma inicia en la retina y tiene la particularidad de  manifestarse en niños menores de 5 años de edad.

Melanoma

La Academia Americana de Oftalmología precisa que el melanoma ocular generalmente se desarrolla en la parte del globo ocular llamada úvea  que es una capa en la pared del ojo ubicada entre la esclerótica y la retina. El melanoma generalmente se desarrolla en la parte de la úvea llamada coroides,  que es una capa pigmentada que recubre el globo ocular. Esto obedece a que las células coroideas tienen el mismo tipo de pigmento que las células de la piel. Otro número más reducido de casos de melanoma se desarrolla en el iris, la zona de color alrededor de la pupila, que forma parte de la úvea. Los melanomas del iris usualmente crecen lentamente y por lo general no se extienden hacia otras partes del cuerpo.

Linfoma

En lo referente al linfoma intraocular, la Academia explica que se trata de un tipo de cáncer que compromete las células blancas de la sangre (linfocitos), localizadas en todo el cuerpo. Los linfomas también puede comenzar en órganos tales como los pulmones, el estómago y, rara vez, los ojos.

“Los dos tipos principales de linfoma son la Enfermedad de Hodgkin y el Linfoma no Hodgkin. Un linfoma intraocular primario es casi siempre un linfoma no Hodgkin de células B. La mayoría de las personas con linfoma intraocular primario son de edad avanzada o tienen una enfermedad del sistema inmunológico como el SIDA. El linfoma intraocular primario ocurre a menudo con linfoma del cerebro, llamado linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC)”, precisa.

Retinoblastoma

El retinoblastoma, como ya lo mencionamos, afecta a los niños pequeños.

Es causado por una mutación genética y comienza en la retina, tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo. Las células nerviosas de la retina comienzan a crecer y a multiplicarse, generalmente propagándose en el ojo y posiblemente hacia otras partes del cuerpo.

La Academia Americana de Oftalmología señala que existen otros tipos de cáncer que pueden afectar los ojos. “Los cánceres orbitales afectan los tejidos que rodean al globo ocular (llamado órbita), incluyendo músculos que mueven el globo ocular y nervios unidos a este. Las estructuras anexiales son otras partes del ojo llamadas estructuras accesorias, las que incluyen los párpados y las glándulas lagrimales. Los cánceres que se desarrollan en estos tejidos son llamados cánceres anexiales”.

 Según la agencia informativa  del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) el retinoblastoma es el cáncer ocular de la infancia más frecuente. “En México, este padecimiento ocupa el cuarto lugar entre los tumores malignos de la edad pediátrica y, por lo general, se detecta en estadios avanzados, situación que disminuye la sobrevida del paciente”.

En 2015 se registraron 3.5 casos de retinoblastoma por cada millón de personas menores de 18 años.

¿Quiénes son las víctimas?

Carlos Humberto Sáenz Bocanegra, cirujano oftalmólogo especialista en retina y vítreo, explica que en el caso de los niños, el pediatra es el que hace la observación debido a que presente diferencias alrededor de la pupila, asimetría en el reflejo o un punto blanquecino que pueden ser indicativos de cáncer ocular.

“Eso, en el caso de los niños aunque bien nos puede indicar una catarata congénita, el diagnóstico a descartar más peligroso es el retinoblastoma que es un cáncer que se origina en el ojo”.

En etapas avanzadas puede ocasionar dolor, desviación del ojo (estrabismo) enrojecimiento, pero cuando se presenta la sintomatología es difícil que el órgano se pueda salvar.

El especialista dice que en el caso de las personas adultas es más común el melanoma y tumores derivados de la metástasis  o ramificación de otros tumores cancerígenos, como el de mama o pulmón.

Normalmente las personas adultas acuden a la consulta por baja visual, lo que en caso de ser ocasionada por melanoma, linfoma o algún otro tipo de cáncer, indica que están en una etapa avanzada de esta enfermedad.

Manchas en la pupila que cambia de tamaño o color, son indicativos de posible cáncer ocular, por lo que ante cualquier característica  Sáenz Bocanegra recomienda acudir con el especialista.

El cáncer ocular tanto en niños como en adultos puede llegar a ser mortal. Uno de los principales riesgos es precisamente su cercanía con el órgano rector del sistema nervioso central, el cerebro.

“En el caso del retinoblastoma, el riesgo principal es la diseminación al sistema nervioso central”.

Estudios indican que existe predisposición genética para contraer esta enfermedad aunque esto se presenta en una menor cantidad. “Hay tumores que son hereditarios, pero no causaron afección en el padre porque se atrofiaron sin consecuencias, sin embargo lo transmiten a sus hijos”.

En gran medida los casos está relacionado con la metástasis que hace el cáncer, es decir es parte de esta “ramificación” de la enfermedad cuando no se detecta a tiempo o el tratamiento no funciona.

Existen diferentes opciones para el tratamiento de cáncer ocular, dependiendo de la etapa en la que se encuentre la enfermedad. Se puede tratar a través de quimioterapia, radioterapia o hasta la extirpación del órgano.

Esto se define con base en lo que arrojen estudios que se deben hacer a profundidad para determinar el tipo de cáncer, la etapa y la afectación ocasionada.

Afortunadamente en Torreón el cáncer ocular es raro, según el especialista. Sin embargo hay que estar al pendiente ante cualquier cambio que este órgano presente.

“En la mayoría de los casos es asintomático, por lo que se recomienda el chequeo de algo que nos llame la atención, lunares que aparezcan en los ojos, bajas visuales y tener un chequeo permanente de manera anual que es lo que nos hace detectar cualquier padecimiento en etapa temprana”.

Con la detección oportuna, las personas que padecen esta enfermedad tienen altas probabilidades de salvar el órgano y evitar que el cáncer se extienda a otras partes del cuerpo.

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