Cuando de Torreón se habla, de las voces brotan palabras de halago y de maravilla para sus habitantes, quienes a lo largo de 111 años. (ARCHIVO)
Cuando de Torreón se habla, de las voces brotan palabras de halago y de maravilla para sus habitantes, quienes a lo largo de 111 años, han contribuido a que este lugar sea conocido como “La Ciudad de los Grandes Esfuerzos”, un nombramiento que fue otorgado tras vivir y luchar por distintas épocas que consagran una importante historia para la región.
Luego de que los primeros asentamientos a la ciudad se establecieran durante la época colonial, lo que se conocía como La Nueva Vizcaya (1531), cuando fueron descubiertos los yacimientos de plata por líderes de expedición españoles como Francisco de Ibarra y Francisco Cano, donde en su paso por el sur de Coahuila constituyeron esta entidad junto a Chihuahua y Durango.
El señor Leonardo Zuloaga junto a Don Juan Ignacio Jiménez compraron a la familia Sánchez Navarro la Haciendo de San Lorenzo de la Laguna, la cual después fue nombrada como Hacienda del Torreón, lo que al poco tiempo fue dividido para dar paso a la construcción de la presa del Carrizal y el primer Torreón, por lo que, a raíz de la movilización de una creciente población de Parras de la laguna, se fundaron algunas rancherías, entre ellas, Rancho el Torreón de 1850.
Los orígenes del Ferrocarril y la Estación del Torreón (septiembre 1883) son parte importante a mencionar en la historia de la ciudad, ya que es donde ahora se ubica la ciudad, lo que antes fue el cruce de vías en donde se instaló una edificación a manera de torre (un torreón) para las vigilancias de las avenidas del río.
A consecuencia de un crecimiento de la población, así como de los intercambios económicos y culturales, la Estación de Torreón pasó a ser una Villa, esto con el fin de organizar un ayuntamiento para administrar la zona, obteniendo el nombramiento de La Villa de Torreón el 24 de febrero de 1893.
Así, tras el desarrollo industrial, comercial y agrícola en el siglo XIX que se dio gracias a la llegada de inversionistas que hicieron crecer la fábrica de hilo, tejidos y aceites, siendo la siembra de algodón su mayor y principal fuente de ingreso, además, de la Fundación Metalúrgica construida en junio de 1901, el impulso que sirvió para que la región, el 15 de septimbre de 1907, se convertirse hoy Torreón en una ciudad.
