Liderazgo. Preocupa a la comunidad internacional que Bolsonaro lidera las encuestas.
El atentado contra el candidato presidencial de extrema derecha, Jair Bolsonaro, marcó la campaña electoral en Brasil que, profundamente polarizada, hace meses tuvo sus primeros signos de violencia política.
Bolsonaro, un polémico exmilitar y diputado que defiende la dictadura militar brasileña (1964-1985), logró liderar las encuestas de intención del voto, tras la inhabilitación de Luiz Inacio Lula da Silva, y tiene entre 24 y 26 por ciento de las simpatías, según los sondeos.
Sin embargo, no está claro si Bolsonaro, quien tras sufrir un atentado el 6 de septiembre pasado y que fue operado de nuevo esta semana de urgencia por las heridas causadas por el apuñalamiento, seguirá al frente de las encuestas en lo que queda de la campaña hasta el día 7 de octubre próximo, cuando se celebra la primera ronda de los comicios.
Ello porque los doctores estiman que no podrá salir del hospital antes del día de los comicios y, si lo lograra, no podrá en cualquier caso realizar actos políticos en la calle.
"No tenemos esa capacidad de llevar a millares de personas a las calles, como es una característica y fuerza de Bolsonaro", admitió su coordinador de campaña, el diputado Major Olimpo.
Su hijo, Flavio Bolsonaro, admitió esta semana que tras ser operado de urgencia esta semana para desobstruirle el intestino, Bolsonaro "no consigue hablar", y los doctores le recomendaron que no hable.
El atentado, condenado por todas las fuerzas políticas, provocó en Brasil una cierta tendencia a la moderación en los discursos de los candidatos, después de meses de tensión y polarización política que, en realidad, se remontan al polémico juicio político de Dilma Rousseff, cuya caída en 2016 fue atribuida por la izquierda como un "golpe".
El 27 de marzo pasado un autobús que llevaba a la prensa y que era parte de la caravana electoral de Lula da Silva en el estado de Paraná, en el sur de Brasil, recibió varios disparos, aunque nadie resultó herido.
Un mes después, el 28 de abril, una persona resultó herida de gravedad por un disparo en el cuello y otra leve después que personas armadas atacaran durante la madrugada un campamento de manifestantes a favor de Lula da Silva en la ciudad de Curitiba, en el sur de Brasil, donde el expresidente está encarcelado desde el día 7 de ese mes.
El ataque podría haber tenido consecuencias peores, ya que el PT dijo que más de 20 balas fueron disparadas.
