La primera ministra británica afirmó en el Parlamento que los dos sospechosos del intento de asesinato de los Skripal son agentes del GRU. (EFE)
Rusia rechazó hoy la acusación de la primera ministra británica, Theresa May, sobre la implicación de oficiales del servicio de inteligencia militar rusa, GRU, en el envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija en el Reino Unido.
La intervención de May, "contiene una serie de acusaciones categóricas contra Rusia y, según se afirma, contra dos de nuestros ciudadanos. Rechazamos firmemente esas alegaciones", declaró la Cancillería rusa en un comunicado.
Rusia, que considera "inadmisible" el tono de la intervención de May ante la Cámara de los Comunes, afirma que no es el único país que tiene las "capacidades técnicas", "la experiencia" y "los motivos" para el uso del agente nervioso "novichok" en Salisbury.
Recordó que el británico Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down "es precisamente el lugar donde se realizaron y se siguen realizando trabajos con la sustancia que en Occidente llaman 'novichok'".
Además, acusó a Londres de intentar implicar en las "acusaciones indignantes" contra Rusia a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC), a la que Moscú responsabilizó hoy de seguirle el juego a Londres.
La OPAC confirmó hoy que el agente nervioso que se utilizó en Salisbury, donde fueron envenenados el Skripal y su hija Yulia, y el de Amesbury, donde en junio resultaron intoxicadas otras dos personas, una de las cuales murió, es el mismo.
"Insistimos de nuevo en que ni la OPAC ni el laboratorio británico en Porton Down pueden determinar el país de procedencia de las sustancias tóxicas de Salisbury y Amesbury. Desde hace décadas se trabaja en dichos agentes nerviosos en países como EU, el Reino Unido, Alemania, Suecia, República Checa u Holanda", reza el comunicado de la diplomacia rusa.
La Cancillería rusa citó hoy al embajador británico para exigirle las huellas dactilares de los primeros sospechosos en el caso Skripal, que han sido identificados por la policía británica como los oficiales rusos Alexander Petrov y Ruslán Boshírov.
Scotland Yard y la Fiscalía británica comunicaron hoy que hay suficientes pruebas para acusar a Petrov y Bushirov de conspiración para cometer asesinatos en territorio británico con un agente nervioso.
Seguidamente, la primera ministra británica afirmó en el Parlamento que los dos sospechosos del intento de asesinato de los Skripal son agentes del GRU y que la operación había sido "casi seguro" aprobada "al más alto nivel del Estado ruso".