Siglo Nuevo

Pandora en el móvil

Un refrito con luna española

Foto: Telecinco Cinema

Foto: Telecinco Cinema

REDACCIÓN SIGLO NUEVO

Esta cinta es un remake prácticamente instantáneo del filme italiano Perfetti sconosciuti, de Paolo Genovese, de 2016. No es una calca completa, pero casi.

Hay mucha distancia, medirla en años o en largometrajes a estas alturas de la vida no hace gran diferencia, entre el Álex de la Iglesia de El día de la bestia y el de Perfectos desconocidos.

Podemos decir que se conservan cualidades como la vena humorística y el afán por crear universos familiares cuyos habitantes nos sorprenden por su cercanía, una humanidad puesta al servicio de un despropósito y, por tanto, verosímil.

Para quienes han presenciado un recorrido más corto, el que hay entre Crimen ferpecto y Mi gran noche, quizá no sean tan evidentes cuestiones como la transición que va de los argumentos centrados en un par de protagonistas a los ejercicios corales de sus últimas producciones.

El año pasado, el director español estrenó Perfectos desconocidos, una muestra fresca de sus afanes colectivos.

El argumento es como sigue: un grupo de amigos de toda la vida se reúne para cenar y divertirse, pero las cosas no salen como esperan. Lo que pensaban que sería una velada amena se convierte en una pesadilla bajo el influjo de un eclipse lunar. Mentiras que pierden sus velos, engaños que pasan por verdades pero igual duelen, traiciones, infidelidades, orientaciones sexuales desconocidas, violencias, amenazas, de todo ahí en la cena organizada en casa de Eva (Belén Rueda) y Alfonso (Eduard Fernández).

Esta cinta es un remake prácticamente instantáneo del filme italiano Perfetti sconosciuti, de Paolo Genovese, de 2016. No es una calca completa, pero casi. Una diferencia que llama la atención es que mientras en el piso de los anfitriones italianos hay un telescopio y los visitantes observan un eclipse regular, en la versión española el fenómeno astronómico puede ser descrito como enorme, escarlata y un personaje más.

¿SIMPLE?

Es un filme en apariencia simple. Todo lo sustancial ocurre en el piso de Eva y Alfonso, de ahí que sean los actores y sus interacciones los que sostienen desde el principio el interés del espectador.

/media/top5/Desconocidos01.jpg

Foto: Telecinco Cinema

Álex de la Iglesia optó por destacar el influjo extraordinario del satélite terrestre, mas eso no lo distrajo de lograr una versión mejor tejida que la original.

La primera pista, acaso premonición, llega con uno de los primeros temas que se abordan en la cena: la separación de una pareja que solía acudir a esas reuniones.

Conforme la trama va cogiendo ritmo, en la versión italiana la cámara parecer perseguir las voces de los intérpretes, esto se hace más notorio en las ocasiones en que consigue adelantarse a ella. Sirva ese comentario para destacar el trabajo del director español, mucho más preciso en los encuadres, en los cortes, en los acercamientos.

Si hay algo en lo que el filme original supera a su refrito es en la banda sonora.

HACIA EL CAOS

Los amigos se deslizan por un tobogán que desciende hasta el caos de la mano de sus teléfonos celulares. “Por su boca muere el pez”, dice la sabiduría popular y para caer en la trampa basta con repetir con total convencimiento cosas como “no hay sorpresas entre nosotros” o “no tenemos secretos”. Si partimos de supuestos por ese estilo es natural que accedamos, sólo por diversión, a que nuestra pareja y nuestros mejores amigos escuchen nuestras conversaciones y lean nuestros mensajes. Así, el móvil se constituye como otro protagonista de la trama.

A los anfitriones se suman dos parejas, una conformada por Blanca (Dafne Fernández) y Eduardo (Eduardo Noriega) y otra con Ana (Juana Acosta) y Antonio (Ernesto Alterio), así como un soltero, la contribución desde la cómica seriedad de Pepón Nieto, que interpreta a Pepe.

¿Cuál será el próximo celular en alimentar el fuego de los reproches y las decepciones? Al principio, todo luce inocuo, el metraje parece romper con el paradigma de que, para efectos de una historia, es necesario que ocurran cosas.

Sin embargo, ese principio pronto adquiere otro sentido, porque en sus minutos se lanzan los anzuelos. Cuando la capa superficial comienza a deteriorarse y a liberar un olor a podrido, es porque los peces ya están fuera del agua, luchando desesperadamente sobre la cubierta de la embarcación.

Si algo llama la atención es que todos los personajes honran el pacto, esa idea divertida de transparentar las comunicaciones que nos llegan a través del celular. Cuando los problemas son ya mayúsculos ninguno de ellos opta por lanzar el dispositivo contra la pared, como cuando la avalancha se viene encima y el alpinista no hace sino quedarse quieto y aflojar el cuerpo.

/media/top5/Desconocidos02.jpg

Foto: Telecinco Cinemao

PERSONAJES

Eduardo es un galán, divertido, irresponsable, un niño que se divierte y que está lejos de ser brillante o cuando menos sensato, poco perceptivo para dimensionar cuánto se ha equivocado.

Su esposa, Blanca, es la más joven del grupo, ella desea encajar en ese grupo de íntimos de su marido. El celular la pondrá en aprietos por la vía de la comunicación que mantiene con un exnovio.

Ana y Antonio van de la calma a la explosión y de nuevo a la calma en cuestión de segundos. En sus comentarios una constante es la doble intención, cuando no la puya sin disimulo alguno. Por los años de casados, los hijos, sus maneras de ser, dan la impresión de que su matrimonio es un castillo llevado con frecuencia al límite de su resistencia, pero el asedio ni acaba de conquistarlo ni termina por arruinarlo. El móvil tiene formas de socavar los cimientos de esa fortaleza.

Pepe, el soltero del grupo, acaba de perder su empleo y de empezar una relación. Calla tanto como opina.

PREGUNTAS

¿Estarías dispuesto a recibir una bala por un amigo? Quizás sí. ¿Estarías dispuesto a cambiar de celular con él porque no quiere explicarle a su mujer el hecho de que una amiga le manda mensajes de sexting? Cuestiones así plantea la trama y Álex de la Iglesia recurre a exagerar ciertos golpes de efecto, algunos diálogos y las intervenciones de Pepe para hacer suyo el argumento.

La agilidad de la cámara atiende con eficiencia la manera en que los enredos van cobrando fuerza; es como si la lente siguiera un efecto bola de nieve.

Conforme la aparente calma se va derritiendo, un evidente malestar va condicionando las palabras, el tono, las actitudes. Los últimos segundos de tregua dan para una foto grupal con el eclipse, casi total, como fondo.

No deja de sorprender en un cineasta tan dado a las producciones originales, el haber montado un refrito tan cercano y tan apegado al guión original.

/media/top5/Desconocidos03.jpg

Foto: Telecinco Cinema

Varios críticos coinciden en que el ejercicio del director, mucho más contenido, empezando por su planteamiento, le vino bien.

¿Cuánto puede cambiar nuestra realidad a partir de un simple transparentar nuestras comunicaciones inalámbricas? Ni siquiera nuestros aliados, los que se guardan todo, que solapan todo, pueden protegernos del efecto de “la verdad”. Luego resulta que entre amigos, además de lealtades hay traiciones, y a veces no queda sino desbarrancarse junto a ellos, hasta donde tope, aunque haya que extender la mentira para no revelar algo que podría resultar mucho peor.

Cuando llega la temporada de bombas a Perfectos desconocidos, las conmociones se suceden una tras otra y lo que parecía una reunión en la que no pasaba nada se pone patas arriba.

Mucho más contenidas fueron las reacciones en la original, las cosas hacían implosión; con Álex de la Iglesia además de explosiones hay juegos artificiales. Rodeados de testigos y puestos a juzgar o ser juzgado, no queda más remedio que contraatacar. A veces la trama se vuelve una competencia por no quedar en el peor lugar ni a ojos de los demás ni de uno mismo.

La dinámica colectiva es mejor que en El bar, por ejemplo, y al igual que en ésta va cobrando interés el tema de las deserciones. De pronto el asunto es saber quién será el próximo en salir del piso.

La lección extraída de esta cena fílmica es fácil de dilucidar: el celular, esa mezcla de cofre de tesoros y caja de pandora, bien puede degenerar en un Chernóbil muy personal.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Foto: Telecinco Cinema

Clasificados

ID: 1496195

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx