Milton Caraglio, del Cruz Azul, en festejo después de anotar el tercer gol de su equipo durante el juego en el Estadio Azteca.
Con tres anotaciones en un lapso de 20 minutos de la segunda mitad, Cruz Azul apaleó ayer 4-1 al Veracruz para mantenerse invicto y como líder del Apertura, que disputa su octava fecha.
Roberto Alvarado adelantó a la Máquina a los 32 minutos, antes de que el chileno Bryan Carrasco empatara de penal a los 48. Pero luego Elías Hernández le devolvió la ventaja a los 55, el argentino Milton Caraglio agregó un tanto a los 70 y su compatriota Rodrigo Noya cometió un autogol a los 75 para sentenciar el encuentro.
Con el resultado, la Máquina alcanzó 20 puntos con los que seguirá como líder sin importar lo que ocurra en el resto de la fecha.
Se trata del mejor inicio para Cruz Azul desde el torneo Invierno 98, cuando comenzó con once partidos sin derrotas y cosechó 27 puntos.
Veracruz permaneció con siete puntos y se mantiene en la 15ta posición entre 18 equipos.
La Máquina dominó el partido desde el inicio y generó peligro a los 18, cuando Hernández entró al área por costado izquierdo y sacó un disparo que se fue ligeramente desviado del arco visitante.
Cruz Azul se puso al frente cuando el español Édgar Méndez rescató una pelota por la banda derecha y le dio un pase a Craglio, quien asistió a un Alvarado que convirtió con un disparo pegado al poste izquierdo del portero peruano Pedro Gallese.
Veracruz niveló el encuentro al inicio de la segunda parte cuando el portero Jesús Corona derribó en el área al argentino Cristian Menéndez. Carrasco convirtió el penal con tiro por el centro del arco.
Un minuto más tarde, los Tiburones Rojos estuvieron cerca de darle la vuelta con un remate de cabeza de Menéndez que se estrelló en la base del poste.
La Máquina recobró la delantera en una jugada de contraataque en la que Hernández recibió un pase en las afueras del área, se dio una media vuelta y sacó un tiro que se incrustó al ángulo derecho de la portería de Gallese.
Cruz Azul incrementó su delantera poco después cuando Alvarado mandó un centro por izquierda hacia el área, donde Caraglio conectó un cabezazo que dejó sin oportunidad a Gallese.
Los Tiburones Rojos sepultaron sus esperanzas a los 76, cuando Noya, en su intento por despojar a Hernández del balón, lo mandó al fondo de las redes.
