Leí un cuento que, como todos los buenos cuentos, me puso a reflexionar.
El relato tiene todos los visos de ser apócrifo, pero lo pongo aquí porque pienso que mis lectoras y lectores lo deben conocer. Sobre todo mis lectores.
Había un sujeto que se ganaba la vida vendiendo partes del cuerpo humano: cabezas, brazos, piernas; todo lo demás.
Cierto día llegó a su tienda un hombre que le preguntó si por casualidad tenía un cerebro.
-Me acaban de llegar dos -respondió el comerciante-.
Uno de hombre y otro de mujer.
Preguntó el comprador:
-¿Qué precio tienen?
Le informó el otro:
-El cerebro de hombre cuesta un millón de pesos.
El de mujer 500 mil.
Quiso saber el cliente:
-¿Por qué el cerebro de hombre cuesta más que el de mujer?
Explicó el vendedor:
-Porque el de mujer ha sido muy usado, y el de hombre todavía está sin estrenar.
¡Hasta mañana!...