Los cincuenta no son los nuevos cuarenta, los cuarenta no son los nuevos treinta, mucho menos los treinta son los nuevos veinte. La edad que tenemos es la que es, es, maravillosamente, nuestra mejor edad. Por lo general, nadie nos enseña a evolucionar conscientemente según cumplimos años y mucho menos a disfrutar dicha evolución.
Enfrentar cada nueva década con gusto y no con temor. Cada capítulo de nuestra vida puede ser tan vibrante y emocionante como nosotros elijamos. Decir nuestra edad en público sin problemas, con orgullo. Continuar sintiéndose juvenil y vital sin importar en que año nacimos. Casarse o permanecer en la soltería, tener hijos o no tenerlos, prepararnos emocional, profesional y económicamente para vivir mejor, estar saludable, en forma. Esto es cuestión de perspectiva holística -la formación integral del ser humano-.
Disfrutar de cada cumpleaños con todo el entusiasmo del mundo, lograr nuestros propósitos sin perder nunca la esperanza, correr un medio maratón. Perderlo todo y …. re empezar. Fundar un negocio, ayudar a muchas personas, descubrir el yoga. Hay muchas formas de vivir la vida plenamente, sin importar nuestras circunstancias personales.
Vivir siempre agradecido de cada década y no perder tiempo dinero y energía tratando de ser o parecer más joven, sin tener temor por hacerme más mayor. Definitivamente, hay momentos bajos, difíciles, pero debemos negarnos a sentirnos mal por ya no ser jóvenes. Reconocer algunas limitaciones, pero negarnos a que nos estereotipen y que nos digan que "ya estas mayor" para ciertas cosas.
Y quienes piensan así no están solos, muchas personas piensan que, tengan la edad que tengan, pueden verse y sentirse fabulosas, no importa cuántas velitas tenga el próximo pastel de cumpleaños. La vida no se termina a los cincuenta o sesenta o setenta o más años. Todavía nos queda mucho tiempo para disfrutar. Si decidimos aceptar y disfrutar la edad en lugar de luchar contra ella, tu edad actuará en tu favor. Nunca es tarde para reinventarse, para fijar nuevas metas, para conseguir los sueños que queremos que se hagan realidad.
Contágiate de entusiasmo por la vida a cualquier edad, no pierdas un solo minuto, sácale todo el jugo al tiempo que tienes por delante, demuéstrate a ti mismo y al mundo de lo que eres capaz. Obviamente sería ridículo proponerse algo para lo que no tenemos la capacidad y talentos requeridos, pero con una actitud realista y sobre todo vital, hay muchas cosas y sueños que podemos conseguir sin perder el tiempo estando deprimidos por el paso de los años.
Hay muchas personas que piensan que deben ocultar su edad, temen parecer demasiado jóvenes o demasiado mayores para conseguir un empleo o para entablar una relación. De hecho, siendo más directos, resulta que tengamos la edad que tengamos, la buena noticia es que ¡aún no estamos muertos! Podemos redefinir quienes somos y lo que queremos en la vida. Podemos estudiar la carrera que no pudimos, cambiar de profesión, cambiar de trabajo o, simplemente, despertar cada mañana y admirar la belleza de la vida, ¡que no es poco!
Particularmente la reinvención profesional no está necesariamente ligada a una edad o a una década en particular. En un mundo en que la tecnología y el mercado profesional cambian tan rápido que cuesta mucho adaptarse, tenemos que estar preparados para reinventarnos en cualquier momento. No escribo esto por mera teoría, sino de la experiencia personal. No le diré que algo es posible a menos que yo mismo lo haya hecho. La gran ventaja de tener una cierta edad es que la experiencia no te la quita nadie.
Si tienes treinta, treinta y cinco, cuarenta, cincuenta años o más, es muy importante que sepas que estás en tu mejor edad, la edad que tienes ahora. No permitas que nada ni nadie te diga que eres demasiado joven o demasiado mayor para conseguir cualquier cosa que te propongas, si estas dispuesto a pagar el precio.
Si te temes confesar tu edad, si te asustan los cambios físicos que trae consigo el paso del tiempo, si piensas que es demasiado tarde para cumplir tus sueños, no eres la única persona que piensa así. Sin embargo, los años que tenemos en este momento, equivalen a nuestra mejor edad. Nunca es demasiado pronto ni tampoco demasiado tarde para aprender a querernos y sacar el mayor partido de nuestra vida.
