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Bosco Sodi, muros efímeros

De Nueva York a Londres

El artista mexicano Bosco Sodi. Foto: Notimex/Marcela Gutiérrez

El artista mexicano Bosco Sodi. Foto: Notimex/Marcela Gutiérrez

MARCELA GUTIÉRREZ BOBADILLA

La idea consistió en que los paseantes, al toparse con el obstáculo, participaran de su deconstrucción. El mexicano pues, renunció al control de su obra. El mensaje fue que toda restricción puede ser derrumbada si el colectivo trabaja por una misma causa.

Conocido por sus obras de gran formato, Bosco Sodi, nacido en 1970 en la capital mexicana, se dedica a descubrir el poder emotivo y los mensajes que residen en los materiales empleados en sus creaciones.

Este año ha realizado exposiciones individuales en Estados Unidos, Chile y Japón. Los recintos en cuestión fueron dos museos, el de Arte en Aspen, Colorado y el de Artes Visuales en Santiago, así como la galería SCAI The Bathhouse, ubicada en Tokio.

Hacia adelante tiene programada otra muestra titulada Sedimentos, en la galería Axel Vervoordt en Antwerp, Bélgica.

En 2017, su trabajo viajó a salas norteamericanas, italianas y brasileñas. También han formado parte de su itinerario espacios en España, Alemania, Portugal y Colombia.

Sodi es un destacado representante del arte mexicano en la escena mundial. Otra de sus facetas es la de seguidor de los trabajos que realizan sus conacionales. En ese sentido, está al pendiente de lo que producen referentes como Carlos Amorales, Héctor Zamora, Damián Ortega, Mauricio Limón. A propósito de sus influencias ha mencionado a Antoni Tàpies, Jean Dubuffet, Willem de Kooning y Mark Rothko.

Para apreciar algunas constantes de su labor un buen ejemplo es la exposición Del fuego, que presentó en territorio chileno. Ésta intervención se inspiró en los jardines japoneses Karesansui. Colocó piedras con el fin de evocar un paisaje desértico.

Sodi había extraído esos recursos geológicos del magma seco del Ceboruco, volcán ubicado en Nayarit, México. La superficie de las rocas fue esmaltada, luego, las puso al fuego, a altas temperaturas, por 72 horas.

El artista llevó sus piedras de textura alterada a Chile y con ellas armó una reflexión sobre la percepción de la valía de un objeto. Su intención era recordar al espectador que sólo tiene valor aquello a lo que decidimos otorgarle uno, así como reparar en los criterios que suelen adoptarse para valorarlo, uno de ellos sería la antigüedad de los materiales.

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Instalación Del Fuego en Chile. Foto: Cortesía MAVI Santiagoe CL/Fredy Ibarra

Los elementos de Del fuego fueron dispuestos de manera que los visitantes sintieran las tensiones resultantes de dicotomías como emplazamiento y origen, aspecto y contenido, fuera y dentro.

Otra característica de la exposición fue que el capitalino trabajó en sus pinturas entre las rocas volcánicas.

Con el tratamiento dado al material pétreo, se propuso mostrar que el medio ambiente y el clima inciden en la conclusión de una pieza, ya que las superficies, las texturas, la integridad del objeto, puede verse afectada, por ejemplo, por el influjo del sol.

POLÍTICO

Bosco Sodi no es ajeno a las novedades en materia geopolítica. No es casual que haya presentado en junio pasado, en Londres, Inglaterra, la instalación pública Muro. El propósito de esta obra es materializar la certeza de que cualquier barrera mental, social o política se puede romper cuando la sociedad se organiza.

Sodi ya había alzado un muro similar en la Unión Americana. Lo hizo en septiembre de 2017, en el Washington Square Park de Nueva York.

La diferencia contextual es clara. En la pared neoyorquina “era un contexto muy político sobre Trump. Aquí estamos hablando de un contexto de migración, de Brexit y dar un enfoque de cómo las barreras se pueden romper”.

La construcción efímera en la Gran Manzana consistió en 1 mil 600 ladrillos hechos por artesanos de Oaxaca. Esos materiales de arcilla fueron transportados por la misma ruta que siguen los indocumentados mexicanos al internarse en la Unión Americana.

En esa ocasión, la idea consistió en que los paseantes, al toparse con el obstáculo, participaran de su deconstrucción. El mexicano pues, renunció al control de su obra. El mensaje fue que toda restricción puede ser derrumbada si el colectivo trabaja por una misma causa.

En Londres instaló una barrera de dos metros de altura por ocho metros de ancho construido con mil 600 masas de arcilla que también fueron cocidas en hornos oaxaqueños y que iban firmadas por el artista.

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Instalación pública Muro, a orillas del río Támesis, en el marco del Festival de Arte Contemporáneo Art Night. Foto: Notimex/COR/ACE

El obstáculo fue alzado a las afueras del centro cultural Southbank, a orillas del río Támesis, como parte de Art Night, un festival de arte contemporáneo.

Personas de todas las edades ayudaron a desmantelar el muro y se llevaron cada uno de los ladrillos. El objetivo del capitalino era fomentar el activismo, si esos individuos tienen parte de esa obra en sus casas recordarán que, si son activos y se involucran en las cosas que les interesan, pueden ser un factor de cambio.

La instalación de Sodi fue todavía más oportuna ya que precedió en unas horas a la llegada del presidente estadounidense Donald Trump a Reino Unido. La presencia del inquilino de la Casa Blanca generó marchas y protestas contra su política migratoria.

Sodi, que reside en Nueva York, tiene bien clara su postura sobre la situación: “por desgracia Estados Unidos no deja de ser la potencia mundial y todos tenemos que aguantar a este imbécil”, declaró a Notimex.

Sus paredes, arte efímero y desmontable, más que dar pie a un performance o pretender erigirse como obras tangibles gracias a su constitución física trataron acerca de la importancia de echar abajo barreras tanto físicas como mentales o políticas.

Según la revista Wallpaper, el muro de Sodi en Washington Square Park fue una de las instalaciones en exteriores más vistas del 2017. La obra con mensaje político del mexicano figuró entre creaciones de Ai Weiwei, Adrián Villar Rojas y Arnaud Lapierre.

ROMPER Y PRESERVAR

Además del gran formato, la propuesta estética de Bosco Sodi se caracteriza por forjar piezas ricamente texturizadas y coloridas.

Su actividad se decanta por acometer una profunda exploración de los materiales, cuestión que se complementa con gestos de creatividad y la conexión espiritual que establece.

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Sodi utilizó uno de los parques más emblemáticos de Nueva York para levantar un muro, que luego fue desmantelado. Foto: EFE/Chris Stach/Diego Flores/Paul Kasmin Gallery

Parte fundamental del ejercicio es acuñar concepciones que sean capaces de abolir las barreras conceptuales, por tal razón deja muchas obras sin título, la apuesta consiste en eliminar cualquier opción que predisponga al espectador, no motivar vínculos más allá de los surgidos ante la presencia de una de sus creaciones.

A Bosco Sodi también le atraen los procesos que convierten los hechos en memorias y el acto por medio del cual una pieza se convierte en reliquia simbólica del diálogo entre el artista y la materia prima. A este respecto es ilustrativo que en sus instalaciones con muros quedaron para el registro videos, fotografías y ladrillos.

En una entrevista con Forbes destacó la importancia de la honestidad, con la obra, con uno mismo y con la forma de pensar. En cuanto a su calidad de embajador del arte mexicano habló de que el éxito no es solamente ser un artista reconocido y valorado, tiene otra faceta que es volver a suelo patrio y contribuir, apoyar, impulsar: “Tienes la obligación de regresar”, expuso.

Su catálogo es, en buena medida, el resultado de procesos complejos en los que coinciden la manipulación de la materia orgánica, explotar la belleza de un pigmento natural, protagonistas milenarios de la actividad humana como el barro, la cerámica o las piedras volcánicas, una clave minimalista, los vínculos irrenunciables entre el hombre y la naturaleza.

Pero en el capitalino, además del artista, hay un activista que pretende hacer diferencia con ese “deber de regresar”. En ese apartado destaca su proyecto de residencia para artistas emergentes Casa Wabi, en Puerto Escondido, Oaxaca. Además, el año pasado, Sodi se sumó a la demanda subida a Change.org para que los partidos políticos mexicanos donaran a las víctimas de los sismos de septiembre pasado los cerca de 7 mil millones de pesos de financiamiento público destinados a las campañas electorales de este año.

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