Expresó que el combate al incendio ha sido muy complicado por lo agreste de la sierra, pues en los primeros días los brigadistas tenían que caminar de cuatro a seis horas, desde el punto más próximo en que podían acercarse en vehículo aéreo o terrestre. (CORTESÍA)
Mil 300 hectáreas de matorral bajo, lechuguilla y arbolado adulto en menor medida ha devastado un incendio forestal que desde hace una semana se registra en las inmediaciones de las comunidades de Palo Blanco y la Muralla, de la sierra de Iturbide, en el sur de Nuevo León.
Debido a las difíciles condiciones topográficas y climáticas para combatir el fuego, un brigadista sufrió probable fractura de nariz en una caída al tratar de escapar de las llamas, y fue trasladado para su atención médica al hospital regional de ISSSTE en Monterrey, mientras otro combatiente fue retirado de la zona al sufrir mareos y fue atendido en el centro de mando habilitado para combatir el siniestro.
El comandante Miguel Perales, subdirector operativo de Protección Civil del Estado, informó que según habitantes de comunidades aledañas a la zona afectada, que comprende parte de los municipios de Iturbide y Linares, el fuego habría sido provocado intencionalmente de manera simultánea en cinco puntos.
Expresó que el combate al incendio ha sido muy complicado por lo agreste de la sierra, pues en los primeros días los brigadistas tenían que caminar de cuatro a seis horas, desde el punto más próximo en que podían acercarse en vehículo aéreo o terrestre.
Para facilitar un poco las labores se han habilitado helipistas hasta donde pueden transportar a los combatientes, así como equipo, alimentos y material para hidratarse.
Además los brigadistas tienen que lidiar con temperaturas de 40 a 45 grados centígrados y la resequedad del ambiente que propician el avance del fuego a gran velocidad.
Más de cien elementos de diversas corporaciones, además de voluntarios de comunidades cercanas, trabajan para evitar que el fuego se siga propagando, teniéndose hasta hoy un poco más de 50 por ciento de control.
Participa personal de la Comisión Nacional Forestal, la Sedena, Fuerza Civil, Bomberos de Nuevo León, Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, así como brigadistas de Protección Civil del Estado y de los municipios de Galeana, García, Linares, Guadalupe y Allende. También colabora Aeropuertos y Servicios que proporcionó una pipa con combustible para suministrar a las aeronaves en servicio.
