La afición despertó con los goles santistas e hizo una buena entrada en el Corona.
Bajo un esplendoroso sol, el campeón volvió a su terruño. Santos Laguna volvía a la acción en la Liga MX y ante el llamado del equipo Albiverde, sus aficionados acudieron al Estadio Corona luego de una pausa turbulenta.
Nuevas playeras, nuevos patrocinadores, nuevos jugadores, nuevas marcas, todo el estadio parecía renovado, pero en la explanada del TSM reinaba el mismo ambiente de siempre, el de los domingos futboleros en La Laguna, aunque ahora los aficionados sabían que iniciaba ese semestre maravilloso en el que van a poder llamarse "campeones".
El "campamento" en el estacionamiento en esta ocasión fue con toldo obligado, pues la alta temperatura y el resplandeciente Sol fueron ingredientes principales de la tarde lagunera.
Ya se vieron algunas camisetas del nuevo fabricante, luciendo orgullosos quienes las portaban, aunque otros prefirieron preservar la tradición y acudir al estadio vistiendo el jersey clásico, ya habrá oportunidad de adquirir la nueva piel. "Se nos fue Djaniny", era el sollozo generalizado de la parcialidad Albiverde, previendo un torneo complicado al dejar ir al goleador de la temporada anterior, pero más aún porque parece que no ha llegado alguien que pueda suplirlo.
Acomodados "en la sombrita", los aficionados esperaban pacientes por el inicio del encuentro, salieron a calentar los futbolistas y la primer sorpresa fue el anuncio de Carlos Acevedo como guardameta titular, situación que algunos festejaron y otros reprobaron. Inició el partido entrando los jugadores al campo de juego flanqueados por la porra santista, con tambores y trompetas, le dieron la bienvenida al equipo campeón que presentó en el once titular a un nuevo zaguero argentino que de inmediato volteó a ver la tribuna para apreciar su nueva casa.
No pasó mucho tiempo para que se movieran las redes por primera ocasión, desafortunadamente para los espectadores, ese gol cayó en la portería santista, obra de un viejo conocido que quizá jamás en su carrera en México le había pegado así a la pelota. Lejos de caer en desesperación o reclamos a su equipo, la afición santista expresó su respaldo durante el resto de la primera parte, en la que suspiraron ante las aproximaciones que no terminaron en goles, pero ya merodeaba el olor a la anotación del empate.
Comenzó el segundo tiempo y la reacción santista llegó por parte de la legión charrúa, primero Bryan Lozano y posteriormente Jonathan Rodríguez, provocando dos festejos que volvieron a hacer vibrar el estadio Corona. Ahí empezó la fiesta en forma, el "olé" de los aficionados mientras los Guerreros paseaban el balón, la ola cruzando todas las localidades del estadio y la espera por el silbatazo final, coronado por fuegos artificiales que hicieron recordar la gran final que recién se jugó en ese mismo estadio.
Salieron felices los aficionados, celebrando la primera victoria del torneo, una más en el estadio que se ha convertido en una verdadera "fortaleza" en la que los Guerreros le ponen muy difícil a los rivales el llevarse puntos. Al final ya nadie se acordó de Djaniny, "Cali" o Araujo, sabiendo que en el futbol la renovación es inherente al juego mismo y ningún equipo está exento de ello. Señoras y señores, el campeón está de regreso.
