Derecho. Productores de frijol deben tener acceso a un esquema de comercialización que les dé certeza sobre el precio de su cosecha.
IGNACIO ESPINOZA
El siglo de torreón
Tras la amarga experiencia que han sufrido los productores de frijol de todo el país, por la caída en los precios del grano, solicitan al Gobierno que se defina una política a la brevedad para regular el precio, manifestó Roberto Delgado Gallegos, especialista en el sector agropecuario.
El entrevistado subrayó que la falta de estrategias de planeación regional que permitan ordenar la producción por estado y por tipo de frijol ha provocado que cada año los campesinos aumenten la superficie de las variedades que en ese momento registran el mejor precio, lo que ha generado sobreproducción de esas variedades y consecuentemente una caída en los precios al momento de la cosecha.
Como ejemplo, citó el caso de frijol negro, que en estos momentos registra un precio al productor de 12 pesos por kilo, contra 10 pesos que registra el pinto Saltillo, en Durango y Zacatecas, por lo que los productores se están inclinando por aumentar la superficie de frijol negro, lo que podrá provocar que, al momento de la cosecha, aumente el precio del frijol pinto y disminuya el costo del frijol negro.
Cabe señalar que durante los ciclos primavera-verano 2017 y otoño-invierno 2017-2018, ha sido una constante la caída generalizada en los precios de las materias primas y particularmente el precio del frijol, mencionó. De un ciclo a otro, ilustró, el precio al productor del frijol pinto cayó de 17.50 pesos a 10.00 pesos por kilo, y el frijol azufrado de Sinaloa se desplomó de 23 a 13 pesos por kilo.
Dentro de este contexto, Delgado Gallegos enfatizó que es impostergable que las instituciones orienten a los productores sobre el estado en que se encuentra la oferta y la demanda en el país, para poder ordenar el mercado, ya que los productores en estos momentos desconocen cuál es el nivel de inventarios, las intenciones de siembra, los niveles de consumo y las tendencias de mercado tanto en México como en los principales países productores.
Otro reto que se tiene que enfrentar, refirió, es cómo elevar la productividad para poder competir contra los socios comerciales, ya que mientras en Estados Unidos el rendimiento promedio por hectárea es de 2.10 toneladas, en México se ubica en 0.7 toneladas por hectárea, por lo que se tendrá que hacer un mayor esfuerzo para dotar a los productores de semillas de mejor calidad, fertilizantes y asesoría técnica especializada.
Para finalizar, el especialista expuso que en tres meses se tendrá la nueva cosecha de frijol, del ciclo primavera-verano 2018, y los productores requieren que el Gobierno les garantice un ingreso rentable, que les permita recuperar su inversión y obtener una utilidad por su trabajo, por lo que será necesario empezar a trabajar en un esquema de comercialización que les dé certeza a los productores y que garantice un precio justo por su cosecha.
El siglo de torreòn
