-Que no está muerto...
-¿Quién? ¿Acaso hablas del Tri, que volvió a dejar colgada la esperanza de la afición mexicana en el Mundial de Rusia 2018?
-Sí hablo del Tri, pero de otro tricolor.
-Ah, entonces hablas del PRI... que algunos han rebautizado como RIP tras el fuerte descalabro que sufrió en en las elecciones federales y locales del pasado 1 de julio.
-Precisamente.
-¿Y quién dice que no está muerto?
-Pues la alcaldesa de Gómez Palacio, Leticia Herrera.
-Bueno, por algo lo dirá, ¿no?
-Ella dice que el partido no está muerto, que necesita una buena reflexión al interior y, sobre todo, aprender de los errores.
-Oye, pero la tarea no les va a ser fácil, porque perdieron todo.
-Sí, de ser un partido que monopolizaba toda la vida política regional pasó a conservar sólo las alcaldías.
-Recuerdo que hace dos años el PRI de La Laguna decía con orgullo que ellos salvaron la honra del partido en la elección en la que triunfó la alianza encabezada por el PAN que llevó a José Aispuro a la gubernatura.
-Sí, en esa ocasión fue el PRI de Durango
capital el que se desfondó.
-Y ahora todo. Perdieron las diputaciones locales, las diputaciones federales y los tres puestos del Senado.
-Una auténtica tragedia para el partido.
-Pero hay algo que deben considerar a fondo.
-¿Qué cosa?
-Que antes de que se diera la debacle del 1 de julio, se registró una fuga silenciosa, pero constante de cuadros y liderazgos que consideraron que o no tenían ya cabida en el PRI o se cansaron de abandono de lustros.
-¿Qué quieres decir?
-Que la catástrofe no se dio de la noche a la mañana, y que viene desde hace rato.
-Bueno, por ahí me enteré que uno de los responsables de todo esto es el exgober Ismael Hernández Deras, quien a pesar de la caída del tricolor sí pudo colocar a su hija en una curul local, la única que misteriosamente ganó el PRI.
-Algo hay de eso.
-Pues entonces para empezar a componer lo descompuesto dentro del partido van a tener que llamar a cuentas a los que en vez de hacer lo que tenían que hacer anduvieron negociando otras cosas.
-El problema es que si los corren, ahora sí que se quedan sin gente.
-Eso sí.
***
-Oye, ¿ya supiste?
-¿Qué?
-Que se va a concesionar el servicio de limpieza de Gómez Palacio.
-No, me parece que estás confundido.
-¿Por qué?
-Porque ya se concesionó, pero no funcionó y regresó a manos del ayuntamiento.
-No, otra vez.
-¿Cómo?
-El Cabildo ya aprobó que lo van a volver a concesionar.
-Achis...
-Sí.
-Porque recuerdo que en la administración de Octaviano Rendón se privatizó y la empresa que dio el servicio por algunos años se llamada Proterra.
-Y luego vino Rocío Rebollo y le quitó la concesión para que una vez más fuera el ayuntamiento el que manejara el servicio. Una bronca que duró meses.
-¿Y por qué van a volver a concesionar?
-Pues porque dicen que la ciudad ya es muy grande y el ayuntamiento por sí solo no se da abasto.
-Esto ya parece algo extraño, ¿no?
-¿Qué, exactamente?
-Que unas autoridades concesionen, otras lo regresen al municipio, y una más vuelvan al esquema de privatización.
-Pues sí. Hay que vigilar muy bien el proceso para que en verdad sea por el bien de la ciudadanía gomezpalatina.
