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1996: Acaban los días de Gottfried von Einem, importante compositor austríaco

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AGENCIAS

Reconocido por revolucionar la ópera, al combinar el arte romántico del siglo XIX con las técnicas de composición del XX, el creador austriaco Gottfried von Einem murió hace 22 años, el 12 de julio de 1996.

Además de su aporte musical, también realizó uno humanitario, pues ayudó a varias personas a escapar de la Alemania nazi, motivo por el cual fue aprehendido por la Gestapo y encarcelado durante cuatro meses.

Gottfried nació en Berna, Suiza, el 24 de enero de 1918, hijo del diplomático austriaco William von Einem y de Gertha Louise, descendiente de la casa del barón Riess Scheuernschloss, según información del portal del autor, einem.org.

De niño sufrió de soledad, pero al mismo tiempo supo que se dedicaría a ser compositor, por lo que se acerco a la música antigua y desarrolló estudios en el campo. En la primaria con su maestra de la escuela Kahl y le siguió en el piano Kathe Schlotfeldt.

Pronto dio muestras de desarrollo musical y continuó su aprendizaje hasta llegar a sus estudios de composición en Alemania con el profesor Boris Blacher (1903-1975), en 1941.

Tras salir de la cárcel, por ayudar varias personas a escapar del régimen nazi, se convirtió en director de orquesta y entrenador en la Berlin State Opera y en el Festival de Bayreuth, según información del compositor en el portal electrónico britannica.com.

A la par de sus estudios con Blacher, Einem creó el ballet Princesa Turandot, obra que a la postre calificó como su primera composición dentro de su madurez.

Se trata de su primera creación para ballet de un listado que comprende El rondó del becerro de oro (1952), Pas de coeur (1952), La felicidad, la muerte y el sueño (1954) y Medusa (1957).

Con eso Gottfried demostró la versatilidad de géneros que manejó, pues no sólo generó grandes óperas, su más reconocido estilo, sino que también hizo pulcros trabajos creativos con piezas para piano, violín, órgano, música de cámara, coral y orquesta.

En sus trabajos expresó su pasión por al jazz, estilo que lo hizo diferenciarse de los demás compositores coetáneos, además de verse influenciado por la música de Ígor Stravinski (1882-1971) y Serguéi Prokófiev (1891-1953).

Luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) escribió su ópera más importante, La muerte de Dantón, la cual tardó más de tres años en concretarse, y que fue estrenada en 1947 en el festival de Salzburgo, lo que le dio gran reconocimiento a nivel mundial.

En 1953 estrenó El proceso, bajo la influencia del escritor judío Franz Kafka (1883-1924), pieza en la que expuso su punto de vista sobre los acontecimientos que sucedieron durante los tiempos de guerra, en donde destacó su aprensión.

Su séptima y última ópera se trató sobre el pensamiento del sacerdote y filósofo Giordano Bruno (1548-1600), a la que tituló Tulifant y tuvo su estreno en el Teatro Ronacher de Viena en 1990.

En 1995 publicó su autobiografía He vivido para ver tanto, en la que resumió su trabajo artístico y sus numerosas amistades con gente notable que lo marcó de por vida. Dejó claro que nunca le temió a la muerte, la cual lo alcanzó el 12 de julio de 1996 en Oberdürnbach, Austria.

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