Ya sólo quedan cuatro. Cuatro equipos, cuatro partidos, un trofeo por levantar. ¿Y dónde están los favoritos?
Este es el futbol que me gusta. El futbol de la contundencia, del poco toque, frontal, directo, al grano. Así como el lenguaje de los humanos. Sin rodeos, sin pretextos, siempre buscando ir al frente. Y dejar que el rival débil se entretenga en darle vuelta al campo mientras el que está convencido busca la victoria. Porque si la Meta está adelante, no es necesario voltear a los lados.
Es tiempo del cambio. Ya lo dijo Fernando Hierro, el entrenador que tomó a uno de los tres aspirantes al título cuando el torneo comenzaba, "cada Mundial marca una tendencia". Y lo de hoy es el futbol práctico, certero; un mazazo bien dado.
El propio Hierro ya sintió los efectos de este vertiginoso juego. Fue sorprendido y no supo ni por dónde le llegó.
Tomó a la selección española unos días antes de que iniciara el torneo y a partir de ahí todo le salió mal. Sabía que no era la forma idónea de llegar a dirigir al máximo representante del balompié español, pero aceptó un reto que no se puede despreciar. Hoy, está desempleado.
Seguramente, vendrán nuevos retos para él y algún día tendrá una nueva oportunidad frente a "La Furia". Así en la vida y en la cancha. Como todos.
Del otro lado están los rusos, sin partidos de alta competencia antes de su Mundial. Sin eliminatoria, sin ni siquiera la confianza de su gente. El ranqueado 70 de la FIFA, sin embargo, se encargó de sepultar las ilusiones de los españoles, por ejemplo. Y su esfuerzo llegó hasta los cuartos de final, ese quinto partido que a México se le ha negado desde 1986.
Pensar en un torneo "amañado" no es una idea descabellada. ¿Por qué quedan puros europeos en el Mundial? ¿Por qué Brasil perdió su magia ante los jóvenes belgas? ¿Por qué fallaron dos claras de gol? ¿Por qué Neymar se la pasó en el piso?
¿Por qué la precisión del futbol sueco terminó ante Inglaterra? Pero pensar en un amañado cortaría de tajo las ilusiones de quienes aún disfrutamos ver rodar un balón.
Y esperen, que todavía quedan cuatro partidos más. Cuatro equipos. Y un trofeo por levantar.
¿Le seguimos?: @Foko_54.
