Bruselas, (EFE).- Un juez de la localidad de Tongres (nordeste de Bélgica) ha condenado a una mujer de 28 años a tres meses de prisión, una multa de 550 euros y la prohibición de por vida de poseer animales domésticos por los malos tratos propiciados a un perro de la raza "american staffordshire", de su propiedad.
La denuncia de los hechos tuvo lugar en marzo del pasado año, cuando un grupo de agentes de Policía encontró en un coche aparcado en una calle de la ciudad de Genk (norte del país) "un perro que parecía particularmente triste", recuerda el diario "La Derniere Heure".
La imagen era tan desoladora que los agentes forzaron la cerradura del vehículo para liberarlo.
"El animal estaba muerto de hambre, apenas podía caminar, tenía sarna, las patas y rodillas completamente peladas y se había comido una parte de su propia cola", indica el diario, que agrega que "había permanecido sin comida ni bebida durante un periodo de tiempo indeterminado".
Su estado era tan grave que, tras ser conducido por los agentes a una asociación protectora de animales, tuvo que ser sacrificado.
Durante las investigaciones llevadas a cabo, "la propietaria del animal mostró un comportamiento desagradable" y falta de colaboración con la Justicia, actitud que "influyó sin duda en la relativamente dura condena impuesta".
El juez recordó que la posesión de animales conlleva ciertas responsabilidades a su propietario, cargas a las que la condenada por los hechos había faltado.
