Raro juego el Francia 4 Argentina 3, más goles que futbol. Francia tuvo para definirlo en el primer tiempo, pero sus delanteros pecaron de arrogancia, se sabían superiores desde los quince minutos de partido. Argentina se los complicó al grado que tuvo en la ultima la posibilidad de empatarlo. Lo de los sudamericanos es el resultado de lo desastroso que fue el proceso desde el gol de Göetze en el Maracaná hasta la última oportunidad ayer en Kazán. Tres técnicos, una eliminatoria de lágrima perpetua y un Messi simplemente cumpliendo, como un jugador más, con un rendimiento indigno a sus blasones y pergaminos. Obvio que ese tren llamado Kylian Mbappé fue el MVP del partido y cruzaba las líneas argentinas como un antílope, su aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en cinco segundos dejaba tendidos a los pamperos, se consagró este chavito de 19 años que gana 18 millones de euros por año, se consagró y puede tener un impacto cercano a lo que hizo Pelé en 1958 a los 17 años. Kylian Sanmi Mbappé Lottin de padres camerunés y argelina levanta la mano para ser el MVP de Rusia 2018.
Pero el juego también pasó por los laterales franceses, que partido dieron Lucas Hernández por izquierda y Benjamin Pavard por derecha, una posición últimamente ninguneada al grado que el entrenador de México ni siquiera llevó laterales en la lista de 23, lo de ayer en la Arena de Kazán fue la revaloración del puesto de los ahora llamados laterales/volantes, ahora, el gol de Pavard de 22 años fue un lienzo de Rembrandt, el rostro del nacido en Nord parece el de un joven que posó para el genio holandés y la forma en que se perfiló para "cortar" el balón con su empeine derecho fue de quitar el aliento, no fueron suficientes cinco repeticiones de diferentes ángulos para saciarnos. Esta obra maestra tiene que estar en la misma sala que el del español Nacho anotando a los portugueses, curioso que los dos mejores goles de la Copa sobre todo por su exquisitez técnica hayan sido anotados por miembros de la trinchera que galopan por la pradera derecha.
Se fueron temprano los protagonistas de la final del Mundial pasado, Alemania imponiendo un récord nunca deseado yéndose en tres partidos y Argentina en cuatro, lo de Alemania sacudió al mundo, lo de los muchachos de Sampaoli era inminente. Ambas escuadras tendrán que sufrir una renovación, varios tendrán que irse Mascherano ya lo hizo voluntariamente, otros no volverán a ser convocados y lo de Messi sólo el tiempo, tendrá 35 años para la siguiente Copa y quien sabe si le queda un átomo de ganas de volverse a meter a esa locura estresante que es la albiceleste.
Pero hoy juega México contra Brasil, el Tri buscará por fin ganar un partido de eliminación desde que lo hizo contra Bulgaria en 1986. 32 años sin saber lo que es ganar un cuarto partido en Copas del Mundo, favorito claro Brasil, pero esa es la condición donde se siente más a gusto nuestro representativo, la víctima propicia, el escalón ideal para una potencia y favorito como Brasil. Una vez más no veo como México elimine a los amazónicos, así como no veía como no perdiera con Alemania, me comí una a una mis palabras cuando nuestra selección nacional derrotó al campeón del mundo y por supuesto que no tendré ningún empacho en comerme otro plato de mis palabras si logramos eliminar al scratch. Pero haciendo un total de los seis tiempos que ha jugado el equipo de Osorio sólo rescatamos dos, los primeros tiempos contra Alemania y Corea, los otros cuatro han sido de malos a pésimos, sinceramente veo algo muy similar a lo que pasó ayer con Argentina, superado claramente, pero sin dejar de pelear hasta el último silbatazo.
Sin laterales ni contenciones naturales contra un equipo que juega con dos "diez" Neymar y Coutinho y llega por los costados con el mejor lateral izquierdo del mundo, Marcelo (todavía en duda por lesión) Douglas Costa, Gabriel Jesús y compañía llegan a ser irresistibles, pero atención me pueden decir y con toda razón, así decíamos de Alemania y repasábamos los nombres de sus cracks, al final la Selección Nacional de México fue la primera en colocar al borde del abismo a los teutones que terminaron por precipitarse al vacío. Venga México que el lunes quiero de brunch sopa de mis palabras.
