Siglo Nuevo

Frida de los materiales

Proyectista con maneras de faro

Vista del Pabellón de Verano del Serpentine Pavilion 2018 en Hyde Park, Reino Unido. Foto: EFE/Neil Hall

Vista del Pabellón de Verano del Serpentine Pavilion 2018 en Hyde Park, Reino Unido. Foto: EFE/Neil Hall

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS Y ARQUINE

Una característica valiosa de su obra, coinciden varios críticos, es que se aleja de las tradiciones arquitectónicas existentes en el país. A propósito de su ejercicio profesional se destacan dos atributos: es práctico y ecléctico.

Originaria de la Ciudad de México, Frida Escobedo (1979) es licenciada en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Iberoamericana.

En 2003 fue cofundadora de la firma Perro Rojo. En 2004 obtuvo la Beca Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México.

En 2006 abrió su despacho individual, Frida Escobedo: Taller de Arquitectura. En 2008, la firma suiza Herzog & De Meuron la invitó al proyecto Ordos 100, para que construyera una de cien villas en Mongolia Interior, China.

En 2007 comenzó a dar clases en la UIA. En 2009 ganó el Young Architects Forum convocado por la Architectural League en Nueva York. En 2010 dejó de dar clases en la universidad.

En 2012, trabajos suyos fueron seleccionados para exponerlos en el Pabellón Mexicano en la Bienal de Arquitectura de Venecia, Italia, y en el Mission Cultural Center for Fatino Arts, en San Francisco. Al año siguiente participó en la Trienal de Arquitectura de Lisboa.

En 2014 fue finalista de los Diseños del Año en el Museo del Diseño de Londres, la nominaron para el Mies Crown Hall Americas Prize del Instituto de Tecnología de Illinois y obtuvo el Premio de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo en Rosario, Argentina.

En 2015 intervino el patio central del museo Victoria & Alberto, la cual alberga la colección de artes decorativas y diseño más grande del mundo.

En 2017 recibió el premio de Voces Emergentes de la Liga de Arquitectos de Nueva York. También ha sido finalista dentro del programa Rolex Mentor and Protégé Arts Initiative.

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Arquitecta Frida Escobedo. Foto: V&A Museum

No es del todo exacto referirse a lo anterior como puntos destacados en el currículo de una proyectista, para lograr una imagen más completa debe precisarse que, con Frida Escobedo, siempre está ocurriendo algo.

SEÑAS

Una característica valiosa de su obra, coinciden varios críticos, es que se aleja de las tradiciones arquitectónicas existentes en el país. A propósito de su ejercicio profesional se destacan dos atributos: es práctico y ecléctico. En cuanto a su personalidad, ha pulido un carácter emprendedor que la ha posicionado en la escena mundial.

La carrera de los materiales fue la opción salomónica elegida en tiempos en que le atraían las artes plásticas y el diseño. Pensaba que, si no le gustaba, siempre podría cambiarse a otra disciplina.

En sus años de formación y en sus inicios laborales ya en solitario, la experiencia, los saberes y las soluciones de la capitalina se multiplicaron gracias a una decisión llamativa: rodearse de personas que cuestionaran sus puntos de vista, que además de enseñarle pudieran ponerle retos.

La mayor parte de su dosier ha surgido del taller que fundó en 2006. De entre los proyectos ejecutados por su despacho sobresale la remodelación de La Tallera, en Cuernavaca, construcción que fue casa y estudio de David Alfaro Siqueiros, uno de los máximos exponentes del muralismo mexicano.

En esta intervención, el plan de Escobedo consistió en ejecutar su visión usando los mismos recursos del edificio original; otros objetivos fueron reducir la inversión al mínimo, emplear materiales de calidad que se añejen de buena manera para evitar el tener que proporcionales constante mantenimiento.

Un reto de consideración, según la proyectista, era trabajar con la obra de Siqueiros y conectarla en un espacio público.

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Remodelación de La Tallera, México. Foto: Rafael Gamo

INTERESES

Durante sus años en la remodelación de la Tallera, la capitalina decidió volver a las aulas. Encontró una maestría en Arte, Diseño y el Dominio Público en la Escuela de Graduados en Diseño de Harvard.

En 2012, la antigua casa-estudio de Siqueiros fue reinaugurada como museo, taller y residencia artística. A Escobedo le valió ser finalista del Premio Latinoamericano de Arquitectura Rogelio Salmona.

Desde el ideario de esta egresada de la Ibero comienzan a gestarse obras con transparencia en cuanto a su propósito y propuesta; algo similar ocurre con el estilo pulcro o la combinación de elementos de modernidad y tradición. Una búsqueda habitual en sus proyectos es la de constituir piezas que tengan una conexión orgánica con el entorno. Estos aspectos de su concepción son trabajados tanto en encomiendas de corte público como en encargos hechos por la iniciativa privada.

Los intereses de Frida Escobedo no se limitan al arte de los materiales. En 2016 diseñó una silla que formó parte de la exposición 100 años, 100 sillas montada en el Museo Franz Mayer de la capital mexicana.

También se encargó del diseño museográfico de la exposición Bajo un mismo sol, organizada en el Museo Jumex. En este centro cultural el reto era generar algo muy flexible, adaptable, que contuviera versiones futuras de sí mismo.

En el equipo de Escobedo acometieron la instalación de un sistema que facilitara los cambios, la salida y el arribo de exhibiciones; se abocó a la configuración del interior a través de un modulo muy sencillo, una cuña simple, y a generar mesetas y taludes que cuando se agrupan presentan diferentes superficies.

A Frida le correspondía brindar una solución que contemplara el menor desperdicio posible, y ella tuvo claro que no debía hacer nada que compitiera con la arquitectura del lugar. Así se decantó por jugar con la inclinación de los muros y por estimular la conversación con las piezas, en un sola área, bajo una luz común.

PABELLÓN

Los éxitos y la proyección de la mexicana llamaron la atención de las Galería Serpentine, que destaca las dinámicas inscritas en los proyectos de Escobedo para reactivar el espacio urbano, en específico de lugares que son considerados como olvidados o marginales. Un proyecto significativo a cargo de la maestra capitalina fue el de la Librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica. Su cartera de obras recientes incluye a la Stanford University´s Graduate School of Business y casas de interés social en Guerrero y Coahuila, México.

Con esa inclinación por el trabajo de la proyectista llegó la invitación a realizar el Pabellón 2018 en los Jardines de Kensington, junto a Hyde Park en Londres.

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Estructura temporal erigida cada verano en este parque londinense, obra de la mexicana Frida Escobedo. Foto: EFE/Neil Hall

Frida realizó una obra inspirada en un patio interior mexicano construido de celosía, un espejo de agua y el uso de la luz natural.

Aprovechó las áreas verdes y la luz del verano londinense en combinación con una “alberca” de unos 5 milímetros de profundidad y una línea que evoca el Meridiano de Greenwich, el punto de referencia para medir la hora mundial y la distancia geográfica.

Este sitio público, señaló la egresada de la UIA, está hecho de materiales que fueron producidos en el Reino Unido.

“Obviamente el pabellón tiene ciertas notas mexicanas porque soy mexicana y allí es donde produzco este espacio y allí es donde trabajo, pero también de materiales locales, del lugar donde se ubica, su relación con la galería y la forma en que se utiliza el parque”, aseguró.

“La celosía la estamos utilizando para crear un espacio íntimo, pero que al mismo tiempo deje pasar ese mensaje de una manera filtrada, de una manera sutil, y al mismo tiempo tener un espacio íntimo muy introspectivo”, explicó la arquitecta.

Presentarse en este espacio público, por el que diariamente transitan miles de personas, “es una plataforma increíble, es una plataforma que da muchísima visibilidad”, declaró a la prensa internacional.

La Galería Serpentine sumó 18 años consecutivos asignando este espacio público experimental a un proyectista renombrado, en ese tiempo la locación ha adquirido el estatus de referente de la arquitectura experimental a nivel mundial.

Frida Escobedo se convirtió en la profesional de los materiales más joven en aceptar esta comisión con referentes ilustres como la británica Zaha Hadid, el español SelgasCano o el danés Bjarke Ingels.

Uno de los mayores desafíos que presentaba el proyecto era que tenía que ser "específico para los Jardines", el lugar que lo alberga durante cuatro meses, pero, a su vez, ajustarse a su siguiente destino, aún desconocido.

LUSTRE

Escobedo quería construir algo "fresco", que no repitiera ni se pareciera a ninguna de las anteriores diecisiete propuestas y que, al mismo tiempo, "comunicara el espíritu" de los trabajos habituales de su estudio.

Con eso en mente, ella y su equipo decidieron trabajar con base en la línea del meridiano de Greenwich, a partir del cual se miden las longitudes. Así, el eje pivotante del pabellón se refiere a esta circunferencia imaginaria establecida en 1851 que se convirtió en "el marcador estándar mundial de tiempo y distancia geográfica".

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Pabellón de México que la arquitecta mexicana diseñó en el jardín John Madejski del Victoria and Albert Museum en Londres. Foto: V&A Museum

Escobedo quiso integrar el paisaje en la edificación. La respuesta a este interés fue el uso de celosía mexicana para las paredes, la estructura hecha con tejas grises de cemento permite a la luz y al verde de los árboles del parque colarse dentro de la estancia, que alberga una cafetería.

"Los materiales que hemos empleado, provenientes de México y el Reino Unido, son sencillos pero utilizados de una manera compleja", afirmó. Con ello, plantaron en los Jardines de Kensington una de las características más significativas de las propuestas de su estudio, acostumbrado a trabajar en espacios públicos.

El tejado del pabellón es un espejo oscuro curvo y una parte del suelo está ocupada por la piscina de milimétrica profundidad.

Estas dos particularidades se complementan, reflejan la luz del sol que se filtra por la celosía y permiten observar cómo la obra cambia a medida que el sol se desplaza por el cielo. De este modo, explicó Escobedo, los visitantes tendrán una mayor conciencia del tiempo.

Cada año este pabellón de 300 metros cuadrados encabeza las listas de las exposiciones arquitectónicas más demandas de la capital británica durante la época estival. Otros distinguidos profesionales de los materiales que antecedieron a la nacida en la Ciudad de México son el japonés Toyo Ito (en 2002), los portugueses Álvaro Siza y Eduardo Soto de Moura (en 2005) y el estadounidense Frank Gehry (en 2008).

Antes de la ganadora del Voces Emergentes el único latinoamericano que había sido invitado a ocupar ese espacio era el brasileño Oscar Niemeyer en 2003.

PAUSAS

En una entrevista para el portal Arquine, la capitalina indicó que en el ejercicio de su profesión ha encontrado lecciones importantes como la necesidad de aprender a tomar pausas.

Como ejemplo, mencionó que ya con siete años de estar trabajando como proyectista tomó la decisión de volver a la escuela a hacer una maestría.

Podía haber seguido generando un cierto tipo de trabajo, el inconveniente es que “te enquistas”, no se fue por ahí. Gracias a su paso por las aulas de posgrado su carrera fue a más, adquirió conciencia de dos cuestiones fundamentales: representar y comunicar la arquitectura. También se dio cuenta de que hacer un espacio no sólo es construir un edificio sino abordar cuestiones como la legislación, el urbanismo, la representación de la obra. Adquirió una perspectiva más amplia.

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Civic Stage en la Plaza Pública Lisboa, Portugal. Foto: Catarina Botelho

De esos días, recordó que estaba con un pie en la realidad, trabajando en La Tallera, es decir, en una obra con recursos limitados, y con otro en la teoría, en la maestría. De la confluencia de esos dos escenarios, relató, surgió su convicción de que no están divorciadas una y otra, sino “muy relacionadas”.

Acerca de su método de trabajo, comentó que está lleno de diálogo. Entabla mucha conversaciones con su equipo, busca favorecer la retroalimentación, nada de “me voy a encerrar, me voy a inspirar y ya luego les traigo algo”.

También expuso que, en su experiencia, le ha servido no dedicarse solamente a diseñar. También hace investigación, escribe, ha hecho muebles. Asegura que desde sus primeras y pequeñas experimentaciones hasta los trabajos de más envergadura que le han encomendado, todo ha significado “ir sumando”.

Ya sea que les toque planear un edificio de departamentos, una casa privada, un centro comercial; ya sea que se trate de llevar sus ideas a una exposición de arquitectura, o de investigar algún asunto relativo a los espacios y el modo en que se ocupan, en su despacho están listos para el reto. Aún no alcanza la mayoría de edad y Frida Escobedo ya apunta maneras de faro arquitectónico.

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