Si por alguna razón han llegado a ver una película de terror sin sonido, se habrán ya dado cuenta de que la música y el sonido son quizás, la razón principal por la cual brincamos del sillón en las escenas tétricas. Pero, ¿Se han preguntado por qué los simples acordes acumuladores de tensión de películas como Tiburón, o el Resplandor son tan macabros? Después de todo, la ciencia avala que tales acordes nos causan la misma reacción instintiva que la de una madre del reino animal cuando siente que sus crías están en peligro.
Se sabe a ciencia cierta que hay razones biológicas por las cuales ciertos sonidos repentinos y disonantes nos vuelven aprensivos. Parte del genio de directores como Steven Spielberg es, que entienden los cambios psicológicos en nuestro sistema causados por el sonido.
La razón por la cual tales sonidos comúnmente utilizados en películas de terror nos causan tanto miedo, es precisamente porque hay un factor biológico “tirando de las cuerdas” de nuestro cerebro.
Como humanos, estamos programados a reaccionar rápidamente a los gritos agudos de un niño pequeño o al llanto penetrante de un bebé, ya que estos sonidos generalmente significan que se nos necesita. Es por eso por lo que una madre generalmente despierta justo en el momento en que su recién nacido empieza a llorar: Su cerebro le da la orden de ir al rescate. Genios del mundo del cine saben que nuestro cerebro producirá adrenalina al escuchar sonidos disonantes y agudos, y por eso los incluyen frecuentemente en sus películas.
Si quieren experimentar un poco con este fenómeno, intenten ver varias de las escenas mas terroríficas de la historia del cine con música en tonalidades mayores (felices) de fondo. El factor visual no será lo suficientemente fuerte para causar la reacción escalofriante que generalmente tenemos al combinar nuestro campo visual con sonidos espeluznantes. ¡Les aseguro que ninguna escena que antes les quitaba el sueño será la misma!
